La atención suscitada con la revelación de los papeles de Panamá da lugar al menos a cinco lecciones a tomar en serio:
1. La opacidad del Capital Financiero es la precondición del proceso de acumulación por desposesión, por ello el periodismo de investigación es un problema.
2. La cobertura periodística de los medios mainstream reproduce el sesgo que hace posible el limitado alcance o efecto no controlado del periodismo de revelación. El tratamiento dado por los medios occidentales (El País, New York Times) o latinoamericanos (La Nación, Clarín, El Comercio) son reveladores de lo que Fernando Casado analiza como ANTIPERIODISMO en este y otros casos.
3. La coalición de intereses entre capital financiero y crimen organizado se basa en el dominio del secreto y la falta de transparencia, con la cooptación de los directivos y editores de medios y de los propios periodistas, beneficiarios directos de la lógica imperante de valor según la cual uno vale por lo que conoce y calla, en perjuicio, claro está, de los sectores populares.
4. Los casos WikiLeaks, Snowden y Panamá dan cuenta de la emergencia de una nueva práctica que, en sí misma, no garantiza la mejora de la profesión y cobertura de los medios dominantes, pero que al menos demuestra la posibilidad y emergencia de una nueva praxis de cooperación en red e los profesionales de la información.
5. La opacidad de los grandes capitales sigue ajeno, como en el negocio de la droga y el tráfico de armas, al escrutinio, luz y taquígrafos, de la prensa supuestamente libre dominando una reproducción, como en el flujo de información internacional, del Norte al Sur.
Hace tiempo insistíamos en este mismo blog la necesidad de un periodismo de código libre, a propósito del libro de Víctor Sampedro. Les replicamos lo entonces afirmado.
https://www.franciscosierracaballero.net/periodismo-de-lo-procomun/