**Es por esta razón, según el sociólogo, que «ahora hay más posibilidad de ser sospechoso», en la media en que, quien no acepta esta vigilancia puede ser encasillado como tal.
La Crónica de Chihuahua
11 de junio, 22:30 pm
Las revelaciones del analista estadounidense Edward Snowden sobre las actividades de vigilancia global de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos y las de rastreo digital masivo en redes sociales forman el andamiaje de la investigación de Mattelart en su libro, elaborado junto a Andrea Vitalis.
La lucha antiterrorista es el pretexto de la vigilancia global, en la que el control rebasa el tradicional modelo disciplinario, esgrimido por George Orwell en el «Gran hermano», para convertirse en un control mucho más sofisticado con la participación, cada vez más involuntaria, de los ciudadanos.
Por ello es que el sociólogo belga, en entrevista, señaló que solo basta ver «cómo, progresivamente, debido a los atentados yihadistas (en Francia), se ha visto acelerar las leyes de vigilancia o lo que se llaman leyes de seguridad ciudadana».
Este es «un problema que me motivó a reflexionar sobre el papel del Estado en el avance de los dispositivos de vigilancia de los ciudadanos», dijo Mattelart al precisar que «es un fenómeno europeo, con realidades individuales» y que, por ejemplo, «en España es evidente».
Este tipo de leyes, que en América Latina se conocen como «mordaza», se han multiplicado «bajo el pretexto de proteger a los ciudadanos», agregó.
Es por esta razón, según el sociólogo, que «ahora hay más posibilidad de ser sospechoso», en la media en que, quien no acepta esta vigilancia puede ser encasillado como tal.
Incluso, señaló, podrían darse casos de personas que puedan ser consideradas como potenciales alteradores de la normalidad democrática de los Estados.
Es por ello que insistió en que la lucha contra el terrorismo podría servir de «pretexto para amordazar una realidad» que los Estados «no logren controlar».
Aseguró que ante estas posibilidades, en muchos países de Europa se han formado asociaciones de resistencia frente a esta «hipervigilancia» y por la defensa de los derechos de los ciudadanos.
Sin embargo, «la tecnología va más rápidamente» y permite que los controles incluso cuenten con la participación «involuntaria» de los propios ciudadanos.
«Todo este tema forma parte de lo que debe discutir todo demócrata o toda organización democrática», apostilló Mattelart al remarcar que quienes «realmente tienen el poder de ’cibervigilancia’ son las corporaciones» grandes como Google y Facebook, entre otras.
Pero remarcó que en Europa y en América se han abierto discusiones «para ir en contra de esta extracción de datos que hacen de los ciudadanos de cada país».
El sociólogo, que permanecerá en Ecuador esta semana, recibió la «Medalla de Oro» del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal), la máxima distinción del ente académico, que también inauguró una cátedra en su nombre.
Francisco Sierra, director de Ciespal, aseguró que el reconocimiento a Mattelart tiene que ver con su «compromiso ético y político», así como por su aporte a los estudios de comunicación en América Latina y el mundo.