Francisco Sierra: «La ley de barrios vulnerables es una necesidad objetiva, de justicia social»

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Francisco Sierra, parlamentario de Sumar por Sevilla, junto a sus compañeros de la oficina parlamentaria de IU en Andalucía, ha trabajado en un proyecto que hasta ahora no se había planteado en el Estado: la creación por ley de un fondo, vinculado a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que trate de resolver los problemas, innumerables, en los barrios más empobrecidos.

El grueso de ellos, según el INE, diez de quince, se ubican en Andalucía. Para Sierra, según expresa en esta entrevista, estos barrios existen por dos razones fundamentales. Por un lado, la lógica de producción del sistema que, a juicio del diputado, «lo que nunca denuncia o aborda, lo que siempre deja oculto, es que produce miseria, desigualdad y marginación».

Y, por otro, la falta de implicación efectiva de las administraciones. El diputado considera así que esta ley es «una necesidad objetiva, clara y evidente, de justicia social».

P. Llevan mucho tiempo trabajando en esta ley. ¿Cómo ha sido el proceso de elaboración?

R. Este proyecto forma parte de lo que podríamos denominar como constitucionalismo colaborativo. Decidimos diseñar una ley trabajando en el territorio, con participación del movimiento vecinal, de los propios ciudadanos, con la idea de hacer primero un diagnóstico, aunque se han hecho ya muchos en los barrios empobrecidos, olvidados, ignorados… Queríamos que la ley viniera del trabajo con la gente que durante décadas viene sufriendo la segregación urbana, la marginación territorial.

El diseño ha sido participado también con la plataforma de barrios vulnerables que se ha ido construyendo a partir de una red de barrios ignorados en Andalucía. A partir de ahí construimos en la oficina parlamentaria de IU en Andalucía las condiciones para que esa plataforma liderara el proceso. Ha habido un equipo técnico y ha habido una participación en el territorio. De los quince barrios más pobres del Estado, están concentrados diez en Andalucía.

Hemos ido recogiendo las experiencias de otros proyectos. Hay territorios a nivel estatal, como Catalunya, que han tenido experiencias de intervención en barrios que han sufrido situaciones de segregación territorial urbana. A nivel de ley, estatal, nunca ha habido un proyecto en esta línea. Luego, hemos tenido que construir jurídicamente las condiciones para que la norma cumpliera con las condiciones del Estado autonómico: las competencias son básicamente locales y autonómicas.

Han participado fundamentalmente representantes del movimiento vecinal y también educadores y trabajadores sociales que durante décadas han venido trabajando en el territorio.

No es una iniciativa legislativa popular, pero digamos que es algo similar en el sentido de que esa plataforma de barrios vulnerables han sido los protagonistas. En mi caso como diputado, y en el caso del grupo parlamentario, lo que hemos hecho es vehicular y coordinar que [ese trabajo] tenga ese registro en sede parlamentaria y la forma jurídica.

P. Ahora les toca trabajar el recorrido de la ley. ¿Cómo ha sido recibida? ¿Qué ‘feedback’ han recibido?

R. Registramos. Ahora viene ese proceso de calificación. En el proceso de debate, hemos tenido dos interlocuciones con los grupos. La receptividad ha sido buena. Una en el Congreso, en una sesión dentro de la Comisión de los objetivos de desarrollo sostenible, la Agenda 2030. Ahí estuvieron representadas todas las fuerzas políticas excepto Vox, que no cree en la agenda 2030, está en contra, y no asiste regularmente. Tanto los representantes del PSOE como del PP fueron muy receptivos a la propuesta y esperamos que sean coherentes. La ley es una necesidad objetiva, clara y evidente, de justicia social.

Luego, en las últimas jornadas, hubo una representante del PSOE, la senadora Eva Bueno. Damos por hecho que [va en] la línea del Gobierno de coalición progresista, aunque el PSOE no lo lleva explícitamente en el programa, y que las fuerzas de la investidura lo apoyarán. Tengo dudas respecto a que harán Junts y el PNV. Los vecinos llevan esperando esta ley durante décadas y deseamos que los parlamentarios se ocupen de verdad de la gente.

P. La ley plantea un fondo vinculado a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). ¿Han hecho algún tipo de cálculo para saber qué cantidad haría la ley eficaz?

R. Puede desarrollarse un reglamento en cuanto a indicadores, criterios de pertinencia y cantidades. Quisiéramos que los proyectos de esta ley financien programas plurianuales, como sucede en el caso de los fondos europeos. Si seguimos la Agenda 2030, en torno al 1% del PIB debería dedicarse para eliminar un objetivo básico: la reducción de la pobreza.

Los PGE no cubrirían la totalidad, porque la ley contempla que haya también fondos europeos y fondos autonómicos. Hay un compromiso de llevar esta ley al Parlamento andaluz para que haya un compromiso de la Junta de Andalucía, que no existe hoy por hoy.

La pobreza tiene varias facetas: una faceta que tiene que ver con lo estrictamente económico, de empleo, de condiciones de vida. Luego, hay que hacer una inversión en infraestructuras, en servicios públicos, en rehabilitación de la vivienda, en planes de educación, en seguridad, en convivencia y todo eso sostenido en el tiempo. En todos los diagnósticos hemos visto que se ha invertido mucho dinero pero han sido programas sectoriales puntuales y episódicos, que se terminan cuando termina el presupuesto.

Por eso exigimos cooperación entre las distintas administraciones públicas y también que sean programas intersectoriales, que no se aborde solo el empleo o la seguridad, sino que se haga un abordaje integral.

P. ¿Por qué existen estos barrios? ¿Son una una consecuencia del sistema económico y de la falta de implicación de las administraciones?

R. Hay un primer punto de base: la lógica de producción del capitalismo lo que nunca denuncia o aborda, lo que siempre deja oculto, es que produce miseria, desigualdad y marginación. Por ejemplo, en los tiempos de la crisis financiera internacional se generó una concentración alta de riqueza y una ampliación del número de familias y de territorios pobres. Y en esos territorios pobres las políticas públicas siempre han tendido desde la modernidad a ocultar, segregar e invisibilizar la pobreza. Y en los tiempos neoliberales también se ha criminalizado la pobreza.

Siempre se ha afirmado que en España la crisis puso en grave peligro el Estado de Bienestar, pero algunos afirmamos que en España no ha habido un Estado pleno de Bienestar. Ha habido un Estado de Malestar. No se ha desarrollado plenamente el Estado del Bienestar. Por ejemplo, Ciencia y Universidad: la inversión en ciencia y universidad en este país está muy por debajo de la media europea, como en sanidad, como en los medios públicos, como en muchos sectores estratégicos. No hemos desarrollado plenamente el Estado Social de Derecho y el Estado de Bienestar en los pilares básicos.

El abandono del Estado y de las Administraciones Públicas ha [derivado] en una realimentación de la pobreza. Cuando este país ha dependido no solo del turismo, sino también del ladrillo, esos procesos de especulación urbana han generado una mayor segregación territorial. Esto nunca se estudia, por más que se ha tomado ese modelo de la innovación, de las Ciudades Creativas: la gentrificación genera también espacios urbanos desconectados, lo que el sociólogo Scott Lash denomina territorios muertos, territorios en los que no hay actividad, intercambio, movilidad… No hay nada. Son territorios desconectados de la vida.

Esto se ha dado históricamente desde la modernidad capitalista en todos los países, pero hay que señalar que especialmente en España los procesos de especulación inmobiliaria y la propia estructura económica española han generado también grandes bolsas y territorios marginales y esto [ha sucedido] en todas las comunidades, pero especialmente en Andalucía por el nivel de renta.

El encarecimiento de la vivienda es muy desproporcionado. Los procesos de especulación expulsan a la población y determinan un territorio. Los dos factores son determinantes: el olvido de la Administración Pública y una lógica económica que especula con la vivienda y provoca marginación.

P. Elección tras elección aparecen en estos barrios unas cifras altísimas de abstención ¿Cómo analiza ese fenómeno?

R. Habría que hacer una autocrítica desde la izquierda. Defendemos la justicia social y la igualdad y estamos comprometidos con los sectores más vulnerables, con las capas populares. Habrá que formular por qué ese voto no se moviliza, porque a la derecha le viene bien que ese voto no se movilice. En los barrios acomodados de Sevilla van a votar disciplinadamente y el nivel de participación es muy elevado. En los barrios populares y más marginados, en los que se concentran las clases obreras y los sectores populares, la abstención es notable.

La izquierda debe empezar a trabajar en los barrios vulnerables, debe estar a pie de calle y debe trabajar con esos sectores, como siempre ha hecho desde el surgimiento de Comisiones Obreras, como ha hecho la izquierda clásica, [siempre] vinculada a los movimientos sociales, con la gente que más lo necesita: en las luchas contra los desahucios, en las luchas por la sanidad pública, por la educación, por la vivienda, contra la desigualdad y exclusión social. Ahí es dónde tiene que estar [la izquierda]. [En los últimos tiempos] es muy urbanita, muy concentrada en los espacios de gentrificación y no aborda, digamos, de frente, la realidad de los sectores populares, sea en los barrios vulnerables, sea en el ámbito rural.

Un replanteamiento de la política de la izquierda para movilizar ese voto exige mucha pedagogía democrática en el sentido gramsciano de estar trabajando la cultura, la cultura política y la educación democrática. [Hay] sectores que han desconectado también porque han perdido la esperanza y porque no han sido escuchados. Uno de los elementos de la escucha activa necesaria en la izquierda es dialogar, transformar el lenguaje y la práctica política en compañía de la gente, de la gente común. Ese el programa político que tenemos que llevar.

Si no se movilizan esos sectores, este país no se va a cambiar. Todos los derechos que se han logrado han sido fruto de las luchas de los sectores populares. Esto es un aprendizaje de la historia muy evidente. Esos barrios y estos sectores son una fuerza de transformación que está por trabajar y explorar en la izquierda.

P. ¿Está de acuerdo con las tesis de Antonio Maíllo, coordinador de IU? ¿Cree que la izquierda debe acudir unida a las próximas elecciones?

R. Sin ninguna duda. La alternativa de transformación de este país pasa por la unidad de la izquierda. Eso no debe ser objeto de discusión. Hay un espacio político en la izquierda plural, plurinacional, que debe ser articulado con método, con criterio y con voluntad política. Tengo serias dudas de que algunas fuerzas políticas de ese espacio tengan una vocación unitaria.

Se ha afirmado en otros debates la hipótesis italiana, un país en el que había una izquierda transformadora, la más numerosa, potente y organizada de toda Europa Occidental, el Partido Comunista Italiano: [ahora hay] un Gobierno de extrema derecha y una irrelevancia estatal de la izquierda por su desunión o por fragmentación territorial a nivel local.

Necesitamos una unidad y un proyecto articulado. Ahí, primero, hay que expresar esa voluntad. Segundo, es necesario abrir un debate en términos de construcción de frente amplio. Por tanto [un espacio] de participación popular de la gente: cómo construir esa alternativa unitaria de la izquierda. Unitario no significa uniforme, significa unidad de acción, como han hecho los sindicatos en la lucha para la defensa de los trabajadores.

Tenemos que tener primero la voluntad política de pasar de la fase de coalición a la constitución de espacios. [Esto] ha tenido éxito en Uruguay: el frente amplio en el que, con la autonomía de cada fuerza política, hay una convergencia político-electoral que garantiza un gobierno de progreso y políticas transformadoras.

[Hace falta un nuevo] método que abra el espacio a la participación de la gente, a un proceso constituyente y unitario de todos los actores, de todas las fuerzas políticas desde abajo, desde la participación y el diálogo con un programa mínimo común que se establezca y con garantías de que se haga sostenible en el tiempo en esa iniciativa unitaria.

P. ¿Y en el caso andaluz?

R. Hemos trabajado por esa unidad de la izquierda en Andalucía. Sebastián Martín Recio y yo hicimos, como mediadores, todos los esfuerzos posibles. No podemos sostener más tiempo un Gobierno como el de Moreno Bonilla, que se presenta como moderado, pero es tan ultra como Ayuso. [Ahí están] las políticas de financiación de la sanidad pública, de privatización de la salud y esa proliferación de universidades privadas que no tienen la mínima garantía. Ahí se ve, en los dos pilares básicos, la educación y la sanidad, la voluntad política.

No nos lo podemos permitir, entonces. Hay que hablar con todos los actores, hay que hablar con el andalucismo progresista, con los compañeros de Adelante Andalucía, con los compañeros de Podemos. Tendremos que sentarnos y hacerlo con tiempo. No podemos estar improvisando. A la gente no se le pueden dar coaliciones y alianzas electorales coyunturales, que son una suerte de oportunismo político para ser votados. La gente quiere firmeza, consistencia y claridad. Dentro de la diversidad se puede trabajar de manera unitaria en un programa mínimo común.

¿Si coincido con las tesis de Maíllo? Claramente. Si no hay un proceso unitario en la izquierda, esta política de fragmentación va a beneficiar, siempre ha sido así, a la derecha. Viendo las lecciones [de la historia] y siendo la excepción ibérica en el contexto europeo, lo que tenemos que ir es justamente a profundizar en las condiciones que hicieron posible el entusiasmo, la esperanza que generó el 23J: en este caso, en clave andaluza para garantizar una candidatura creíble y unitaria de todas las fuerzas desde la pluralidad.

Sumar registra en el Congreso la ley que prevé un fondo estatal contra la exclusión en los barrios vulnerables

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El grupo parlamentario de Sumar ha registrado este miércoles en el Congreso de los Diputados la ley que persigue la creación de un fondo estatal que cada año destine cantidades suficientes en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para los barrios más empobrecidos del país. La iniciativa de esta norma parte de la oficina parlamentaria de IU en Andalucía, donde están las barriadas más desfavorecidas.

El diputado por Sevilla Francisco Sierra, junto con sus compañeros, lleva tiempo, como avanzó Público, manteniendo encuentros vecinales, de los que se han extraído las ideas fundamentales que ahora se plasman en la proposición de ley, que lleva por nombre Ley Integral de Barrios Vulnerables.

«Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la Plataforma de Barrios Vulnerables, del movimiento vecinal, de sindicatos y organizaciones sociales que conocen de primera mano la situación extrema en los barrios pobres y que desde la izquierda plurinacional no vamos a dejar», afirma Sierra.

Para su aprobación la norma necesita de numerosos apoyos en el Congreso. Al respecto, Sierra manifestó: «Confiamos que en la tramitación de la ley las fuerzas de investidura de la mayoría del hemiciclo respalden esta iniciativa por justicia histórica y por necesidad social».

Fondo con cargo a los PGE

El texto registrado plantea la creación de lo que denomina «Fondo de Recuperación Urbana, Ambiental y Social de Barrios vulnerables». La finalidad es «llevar a cabo actuaciones de mejoramiento de las condiciones de vida de la población en los barrios y áreas urbanas que, por sus características sociales, económicas y ambientales, se identifican como áreas de atención especial».

Estos barrios son, analiza Sierra en conversación con Público, «territorios segregados y marginados por el Estado que requieren de una agenda social y de nuevas garantías legales». «Hablamos de una política integral y multinivel, participada e interseccional, una ley que exige un presupuesto mayor para estos barrios para acometer cambios en la cultura cívica, en el espacio urbano, en la seguidad y proyectos de vida de sus vecinos», agrega.

La proposición de ley no recoge una cantidad, tampoco un porcentaje respecto al PIB o a las cuentas. Sí expresa que «debe dotarse económicamente con el presupuesto anual del Estado» y añade que puede complementarse con «financiación autonómica y proveniente de la Unión Europea o de otras fuentes». Y establece además que «deberá siempre tener en cuenta el número de personas que viven en España en entornos urbanos vulnerables».

El Gobierno de España mantiene un Observatorio de la Vulnerabilidad Urbana, que, entre otras herramientas, contiene un atlas por secciones censales. Aún debe actualizarse con los últimos datos de 2021.

Los beneficiarios de esta financiación serían los municipios, «individualmente o de manera conjunta con otros municipios, así como las Diputaciones, cabildos u otros entes públicos de ámbito local». «La participación en el Fondo de Recuperación debe ser solicitada por dichos entes locales«, recoge el borrador presentado este miércoles.

La norma, de ser aprobada, establecería plazos de ejecución. Así, «cada una de las actuaciones financiadas debe ejecutarse en un […] máximo de cinco años desde la fecha de otorgamiento de la financiación, sin perjuicio de las prórrogas que puedan haber. Dicho plazo puede ampliarse a ocho años, siempre que al cabo de cuatro años se haya ejecutado o comprometido, salvo causas de fuerza mayor, el 50% del gasto».

Derechos humanos

«Desde el Grupo Parlamentario tenemos claro que lo prometido es deuda, decimos y hacemos y por ello desde la Oficina Parlamentaria de IU en Andalucía nos dimos a la tarea de diagnosticar la situación en los barrios, identificar retos de política pública y apostar por una ley que ayude a transformar el entorno urbano y social de barrios como Los Pajaritos o el Polígono Sur», afirma Sierra.

Justo este martes, la APDHA presentó su informe Pobreza Sur 2024: Barrios Olvidados. En él, se expone con toda crudeza, que «los barrios vulnerables son, cuantitativa y cualitativamente, el principal espacio de vulneración de los derechos humanos en Andalucía».

Las cifras indican que un tercio de la población en Andalucía vive en riesgo de exclusión, más de la mitad de la ciudadanía —el 57%— no llega a fin de mes y hasta un 43% de las pensiones que se cobraron en 2023 no superaron el umbral de la pobreza.

«En Andalucía se ha consagrado durante los últimos años un modelo productivo que condena a millones de andaluces y andaluzas a la pobreza y a la precariedad. Diez de los quince barrios más pobres de todo el Estado español se encuentran en Andalucía, así como son andaluces once de los 16 municipios con menos ingresos per cápita», se lee en el trabajo.

«Y la pobreza, tal y como se puede comprobar estadísticamente, repercute directamente en las condiciones de vida: nueve de los quince municipios con menor esperanza de vida se ubican también en Andalucía», agrega la ONG. «Es significativo y tremendamente alarmante que la esperanza de vida pueda variar en una misma ciudad, de un barrio rico a uno pobre, en casi nueve años», se añade.

UNIVERSIDAD S.A.

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Una lección básica de Economía Política es la creación de valor por la producción artificial del principio de escasez y necesidad. Se induce el colapso, por ejemplo, de la sanidad pública y se derivan a los pacientes a las aseguradoras, con el resultado conocido del pogromo neoliberal. En la educación superior de nuestro país, esta lógica de mercantilización sigue el mismo sendero de privatización de un pilar fundamental del Estado de Bienestar, conculcando un derecho constitucional con argumentos insostenibles como el mantra de la libertad educativa.

El problema es que el incremento exponencial de universidades privadas no cumple los mínimos establecidos en el marco normativo vulnerando las reglas del juego al punto de cuestionar el propio sistema universitario español, su calidad y confianza certificadora. El caso más reciente de Extremadura es ilustrativo, como Andalucía, de una deriva que en el fondo ataca el núcleo esencial de este derecho constitucional: la igualdad de acceso y de movilidad social. Y el resultado, conocido. El número de estudiantes matriculados en universidades públicas españolas desciende mientras aumenta el de las universidades privadas que ya han alcanzado en número a las públicas y de seguir esta progresión las superarán en breve. El boom de los campus privados perfila un paisaje de universidades monotemáticas, centros de educación superior corporativos e incluso medios de comunicación con sus masters propios y promesas de empleo en Universidades privadas, como la Europea de Madrid mientras prestigiosas universidades como la Complutense viven al límite de su operatividad institucional por las restricciones presupuestarias y el acoso de un gobierno autonómico que pretende promover una Ley de Universidades dirigida a precarizar y socavar la autonomía universitaria. Y, desde luego, como es tradición en los liberticidas, de Fernando VII a Moreno Bonilla, de Milei a Díaz Ayuso, evitar así todo conocimiento libre, atreverse a saber, siendo como es esta, desde la ilustración, la precondición necesaria para la libertad y el cambio social.

Paradójicamente, el ministerio de Universidades aprobó una norma para evitar las «universidades chiringuito» y endurecer los requisitos para autorizar los campus de nueva creación. El Real Decreto 640/2021, de 27 de julio, de Creación, reconocimiento y autorización de universidades y centros universitarios, y acreditación institucional de centros universitarios, fijó los criterios mínimos exigibles de calidad docente y de investigación, como también de equipamientos y de organización, y que todos los centros universitarios del país deben cumplir. Todos, indistintamente su naturaleza jurídica. Las universidades deberán adaptarse y demostrar su cumplimiento antes de 2026. Ello explicaría la aprobación precipitada, en apenas pocos meses, de numerosas universidades privadas, muchas de ellas con informes desfavorables del Consejo de Política Universitaria y de las agencias acreditadoras.

Las universidades privadas han logrado copar así más del 60% de las plazas ofertadas de posgrado. Y, salvo sorpresa, superarán a las públicas en alumnos matriculados de máster este curso. La falta de planificación democrática de la educación superior se ha traducido como resultado en una sobreoferta al tiempo que se abunda en la escasez de plazas en sectores estratégicos como las Facultades de Medicina, donde se viene conformando un pool sanitario privado. El lobby empresarial presiona incluso para que la formación del MIR se pueda acometer en sus propios centros, algunos de los cuales apenas tienen una Facultad de Medicina o titulaciones especializadas en tecnología y cultura digital.

Ante este escenario es hora de que el Congreso adopte medidas decididas en la disyuntiva de la bolsa o la vida, ante la contradicción de fomento y desarrollo del sistema público de educación superior como garante de la igualdad frente a la lógica especulativa del capital que impone la mercantilización de la Universidad, la expansión del capital financiero en la educación superior con total falta de transparencia y en algunos casos fraude de ley en los procesos de aprobación y puesta en marcha de nuevas universidades vinculadas a los intereses creados del IBEX35 en medio de campañas que vienen prodigándose regularmente contra la universidad pública al tiempo que se promocionan programas de grado y posgrado con publicidad engañosa sobre la supuesta excelencia académica no verificada, cuando los informes de las agencias acreditadoras son desfavorables, la investigación inexistente y la inversión especulativa una dominancia en ascenso.

Un dato revelador es que la facturación de universidades privadas y escuelas de negocio en España ha crecido un 44,7% en poco más de cinco años: de 2.255 millones de euros ingresados en 2017 a más de 3.300 millones en 2023. Se crean, compran y venden universidades, participadas por fondos de inversiones, especulando como con la vivienda.

Aunque desde el Gobierno y las Comunidades Autónomas se señale periódicamente que se «revisarán» y «endurecerán» los criterios para la creación de nuevas universidades, la realidad es que el Sistema Universitario Español sigue sin resolver esta situación con el incremento por ejemplo de universidades privadas no presenciales en torno al 10%. No se ha creado una universidad pública desde hace décadas y hay necesidades manifiestas por cubrir por el sistema de acceso universal.

Cuando lo especulativo, que debiera ser una noble tarea de pensar libremente y contribuir al progreso del conocimiento, deviene excepción por el dominio del capital financiero que interviene el mercado, los poderes públicos han de actuar en defensa de la mayoría social. Por ello, desde el GP plurinacional de Sumar hemos defendido iniciativas parlamentarias en línea con las vindicaciones de la Conferencia de Rectores y Unidigna, instando al Gobierno a actuar cuando menos en cinco líneas estratégicas:

  1. La planificación de un sistema financiero plurianual y estable de las universidades públicas que alcance al menos el 1% del PIB para converger con los países de nuestro entorno, evitando el principio de escasez inducida para beneficiar el mercado artificiosamente.
  2. Una moratoria en la creación de nuevas universidades privadas para evitar fraude de ley, como sucediera en la aprobación de centros en Andalucía.
  3. El cumplimiento estricto de los requisitos exigidos legalmente y establecer medidas sancionadoras en el caso de incumplimiento de los requerimientos debidos.
  4. La creación de una unidad fiscalizadora en la Conferencia General de Política Universitaria para la inspección o creación de cualquier universidad privada.
  5. La planificación del mapa de titulaciones y oferta de plazas en el sistema público acorde con las necesidades sociales y no solo en función de la demanda voluble del mercado a fin de configurar una oferta equilibrada, proporcional y universal, cumpliendo así con el precepto constitucional.

La deriva de sociedad anónima en la educación superior, la UNIVERSIDAD S.A., termina devorando la sociedad, anémica, por la destrucción creativa de la dialéctica de la escasez y la sobreoferta. Lo vimos en Estados Unidos, esta política dio lugar al estallido social en Chile y fracasó en el Brasil de Bolsonaro. No nos lo podemos permitir aquí, a estas alturas de la historia. Así que ni gente sin plazas universitarias, ni plazas universitarias sin gente. Actúese.

SUMAR reclama en el Congreso una solución integral a los cortes de luz en los Barrios de Andalucía

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El diputado Francisco Sierra presenta en el plenario del Congreso de los Diputados la Propuesta de Ley sobre medidas urgentes para garantizar el abastecimiento energético en los barrios que están sufriendo cortes en el suministro de la electricidad y reforma integral de los barrios con menor renta.

El reto de los barrios ignorados

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En el Congreso es habitual hablar de democracia, derechos y libertades públicas, principios constitucionales, proyecto de país, pero poco, o nada, se aborda de cuestiones domésticas de las clases populares. La dialéctica de lo concreto no suele ocupar el discurso y deliberación de la cámara de representantes. Y debería ser un mandato o exigencia primordial, tratar en todo momento de enunciar la poética y la política de la vida común, hablar de las redes y vínculos de solidaridad ante la falta de red eléctrica, de las desconexiones y disyunciones sufridas como brechas o grietas de nuestra democracia por aquellos sectores vulnerables que reclaman solidaridad, que vindican la necesidad de conjugar, conjuntar, tejer, anudar, políticas para el común de la gente, especialmente en Andalucía, nuestra tierra, que sufre y padece un abandono histórico, pareciera que crónico.

Hemos presentado una iniciativa parlamentaria que trata justamente de suturar heridas sociales y acometer, desde el Sur y para los de abajo, los déficits de servicios públicos que padecen las víctimas de los intereses creados, sean del oligopolio eléctrico o del modelo de desarrollo urbano depredador y especulativo.

En el territorio andaluz existen entornos urbanos que viven profundas contradicciones sociales a causa del modelo dominante de desarrollo urbano y de una inadecuada planificación en sus asentamientos, sufriendo las consecuencias del hacinamiento, una estructura y dinámica de desagregación territorial y exclusión social que sigue la máxima de la destrucción creativa. Ante la evidencia de esta situación y la consiguiente espiral de la violencia sistémica que da lugar a noticias espectaculares que solo abordan la superficie de la gravedad del problema que padecen amplios contingentes de vecinos, no es posible continuar como si nada pasa en los barrios pobres. Tal dejación de funciones de los poderes públicos no solo es un error, insostenible además, sino que además es un crimen de Estado que ya está costando vidas humanas. Urge pues una intervención determinante y la adecuación de las políticas públicas a las necesidades de la gente más humilde que sufren a diario la falta de articulación del Estado incapaz de pensar modelos integrales de planeación y actuaciones concretas con participación ciudadana y una visión multinivel e intersectorial coordinada.

Si un reto estratégico proyecta la globalización es justamente la de territorializar y definir políticas de ensamblaje que no solo remedie sino que confronte la lógica de desconexión que mata, empobrece y aísla numerosos conjuntos de población. Del mismo modo que representa un reto para nuestro país la España vaciada, tenemos graves problemas de desacoplamiento de los barrios ignorados, faltos de política de reconocimiento y de actuación que parta de los mundos de vida y no de la planificación tecnocrática y la racionalidad mercantil que ha terminado por marginar barrios, distritos y amplios sectores de la población de la clase trabajadora.

Decía Julio Anguita al hablar del tiempo-encrucijada que vivimos que, parafraseando a Rosa Luxemburgo, este es un momento de disyuntiva, un tiempo para elegir entre la bolsa y la vida, la cotización y márgenes de ganancia de las eléctricas y los fondos buitres que especulan con el derecho a la vivienda o la gente común. Es falta la dicotomía economía o democracia. La historia demuestra que es posible garantizar plenos derechos de ciudadanía y que la actividad económica sea próspera, es más, la experiencia de la crisis bursátil de 2008 y más recientemente la pandemia ilustran alternativas de futuro claramente contrapuestas. Lo que no es sostenible es dejar abandonados los barrios vulnerables, inmersos en una espiral de deterioro imparable, convertidos en espacios de segregación espacial, en guetos, de inseguridad o espacios de NUDA VIDA.

El sociólogo Scott Lash advertía hace algunos años que una de las consecuencias negativas de la globalización en la nueva economía de signos y espacios es la jerarquización básica de dos tipos de territorios: aquellos territorios vivos, con infraestructura moderna, conectividad, flujos e intercambios permanentes, y aquellos otros espacios muertos, aislados, desconectados de los flujos de mercancía e información, sin servicios públicos en los que la vida no vale nada y la gente muere por no tener red, ni redes públicas, ni acceso a servicios básicos para la vida, sea la electricidad, la salud o la seguridad. Pero esta divisoria no es natural, es resultado de políticas de competencia que anulan la potencia organizativa de los sectores y clases subalternas. De modo que es posible otro modo de organizar nuestros barrios a partir de una política de la cooperación y conjunción, una estrategia pública que aborde el problema del ensamblaje, de la conexión de las infraestructuras materiales, de habitabilidad, al tiempo que se atiende la necesaria articulación social acometiendo las brechas, vacíos, silencios y abandonos en tierra de nadie de más de un tercio de la población de nuestras principales ciudades andaluzas. La iniciativa no de ley aprobada por amplia mayoría en el Congreso estos días tiene por objeto contribuir a este trabajo colectivo prioritario para ir consolidando el modelo federal de país a partir del diálogo y la cooperación interinstitucional, la coordinación y participación ciudadana, la política de cuidados de los sectores populares más vulnerables y la planificación democrática y mancomunada del hábitat urbano de forma sostenible.

Es un sencillo ejercicio de patriotismo constitucional. La normalidad no puede ser el estado de excepción permanente que viven barrios como el Los Pajaritos Almanjáyar o Las Moreras. Si algo quedó claro el 23J es que este es un tiempo de políticas sensatas, equilibradas, racionales, pensadas para el bien común y para la gente que más lo necesita. El gobierno ha de intervenir, el Ministerio de Derechos Sociales comprometerse y los operadores eléctricos cumplir con sus obligaciones para garantizar la mejora de la calidad de servicio y el suministro sin continuos apagones e incidencias. A estas alturas, en pleno siglo XXI, pese a parecer lo contrario en la era Trump, no nos valen discursos cínicos, torpes o astutos. Ni pícaros ni cándidos, ni majaderos ni sublimes, ni patética vindicación de la pobreza ni desarrollismo paternalista. Tras décadas de espera, vecinos como los del Polígono Sur conocen perfectamente el sentido del discurso cínico o enfático, los circunloquios o simplemente la dilación a base de excusas de postergación de los agentes del mercado y sus representantes. Llevan años de lucha y dignidad, de resistencia y vindicación por todos los canales institucionales establecidos sin ser atendidos eficientemente por el Estado y las distintas administraciones públicas.

Es hora pues de que los poderes ejecutivos del Estado, desde lo local y autonómico como a nivel central, cumplan su función de servicio público. Desde la cámara de representantes hemos instado al Gobierno a ello, y están emplazados a ello.

No permitamos que nuestros vecinos y compatriotas pierdan la esperanza, porque cuando eso ocurre, pierde la democracia. La fractura social siempre pasa factura política y termina por vulnerar los derechos de todos. No nos lo podemos permitir.

La ‘Operación López’ y la urdimbre de la tutela informativa

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La apuesta por la autonomía y gobernanza democrática de Radiotelevisión Española (RTVE) y de los medios públicos en España es una tarea inaplazable, por más que el debate público en nuestro país parezca anclado en el siglo XX –hablando de ETA– o, a veces, en el XIX –cuando se trata de la monarquía y la relación con las antiguas colonias–.

El caso es que el Plan de Acción Democrática nos ha situado ante el reto de cambiar de pantalla. Y no parece que las fuerzas mayoritarias del bipartito se hayan dado cuenta del cambio de marco en el que estamos. Hace meses advertimos que el cese de la presidenta interina, Elena Sánchez, ponía en evidencia un modelo fallido de gobernanza, el del PP/PSOE, y que era hora de apostar por un esfuerzo de consenso, transparencia y buenas prácticas para garantizar una dirección independiente, profesional y con capacidad de adecuar la televisión pública a los retos del futuro de la economía digital, tal y como exige el Reglamento Europeo de Libertad de Medios. Hasta la fecha, PP y PSOE nada han hecho. Y el Real Decreto convalidado por el Congreso es una errática respuesta a la lógica de bloque institucional de la derecha.

Si el concurso público para la elección de la Presidencia y el Consejo de Administración fue una ocasión fallida para desgubernamentalizar el ente, hoy la falta de dominio del bipartidismo debiera ser la ocasión, si de una dirección independiente hablamos, para plantear retos urgentes que PP y PSOE no han cumplido como fuerzas mayoritarias en el Congreso, manteniendo la situación de excepcionalidad en el marco europeo que debe superarse resolviendo de inmediato:

  1. La aprobación de un mandato marco renovado y posterior aprobación del primer Contrato-Programa entre el Gobiernos y la Corporación RTVE.
  2. Un pacto de Estado para la democratización, financiación y estabilización de la RTVE con el fin de acometer los retos tecnológicos de la convergencia digital.
  3. Reforzar la producción propia y la activación de centros territoriales como el de Andalucía con la paralización urgente de la externalización de programas, formatos y medios.
  4. Cumplir el mandato constitucional del Artículo 20 de acceso y participación con la constitución de un Consejo Ciudadano conformado por representantes de la sociedad civil (sindicatos, asociación de consumidores, organizaciones de defensa de la audiencia, academia) que proponga y evalúe el desempeño del servicio público audiovisual de RTVE.
  5. Democratizar la gestión interna del ente retomando órganos como la Mesa de Producción Propia con el espíritu que se ideó.

Quienes siempre hemos defendido las políticas de comunicación, estamos convencidos de que, más pronto que tarde, esta dinámica cambiará, sea por acción comprometida de profesionales y sociedad civil o por obligación, al tener que cumplir el Reglamento Europeo de Medios.

La Operación López, que algunos irónicamente la tildan de simulada revuelta, en la que están empeñados tanto el PSOE como pareciera que el PP, y hasta los de Pablo Iglesias, no será sostenible en el tiempo, por más que el modelo patriarcal de dominio caciquil dentro y fuera de la Corporación trate de pervivir en el tiempo capturando el dominio público y lo común.

El viejo topo de la historia opera lentamente, pero de forma irremisible. Incluso allá donde parece que nada pasa y todo sigue igual, como en Andalucía. En Galicia, se ha movilizado el personal contra la manipulación del PP; otro tanto sucede en Telemadrid y, mientras tanto, en la RTVA, el informe del Consejo Profesional de Canal Sur ha denunciado la deriva privativa y decadente de los responsables de la tele de todos los andaluces.

Más de 400 ejemplos en el que Andalucía y los andaluces han dejado de ser el centro de la televisión pública y han sido desplazados por una agenda ideológica al servicio de intereses políticos. En suma, los Servicios Informativos de Canal Sur han abandonado su misión de servicio público, la información veraz, plural, rigurosa, imparcial e independiente a que obligan el Estatuto de Autonomía, la Ley de la RTVA, el Contrato Programa, la Carta de Servicio Público y el Estatuto Profesional, abonado como está históricamente la derecha ultramontana a la censura, la propaganda y el modelo Fox News que anticipara Urdaci.

En la RTVE es previsible que vuelvan los viernes de negro y, mientras tanto, unas pocas voces no conseguimos cambiar la lógica de la Cámara con debates de altura para mejorar nuestro sistema público audiovisual. Francamente, no nos lo merecemos, ni la UE lo admite. Tiempo de mudanza pues.

Economía Política de la Comunicación y Estudios Culturales en América Latina

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La disputa de la hegemonía de la comunicación global plantea, en la actualidad, el reto de pensar contracorriente las mediaciones en tiempos de colonización del conocimiento. La tradición del pensamiento de la liberación latinoamericano es un punto de anclaje obligado a la hora de definir, en esta línea, las bases para una crítica de la economía política de la comunicación. La vindicación de una Comunicología del Sur diferenciada en la región es, sin duda, el primer paso para pensar desde abajo los medios y lógicas de control de la información como dominio que imperan hoy por hoy en el Sur global.

En este volumen colectivo, se reúnen materiales indispensables de análisis frente al colonialismo cultural, repensando el papel de la comunicación en el nuevo escenario de crisis global del capitalismo como puesta en común actualizada de la tradición materialista a partir de la memoria de las culturas populares, de las luchas y frentes culturales que jalonan la historia del campo: de CIESPAL a ALAIC, de CLACSO a ULEPICC, de Temuco a Córdoba o Ciudad de México.

Sumar lleva al Congreso medidas «urgentes» por los asentamientos de migrantes en Huelva

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El diputado nacional de Sumar Francisco Sierra ha visitado este viernes los asentamientos de personas migrantes en Lucena del Puerto (Huelva) para ver «el estado de cumplimiento de los acuerdos de Doñana» que añaden «mejoras a las condiciones de vida de los temporeros que viven en asentamientos» y ha anunciado que llevará al Congreso «medidas urgentes» para que «se cumplan los derechos humanos».

Leer más: https://www.europapress.es/andalucia/huelva-00354/noticia-sumar-lleva-congreso-medidas-urgentes-asentamientos-migrantes-huelva-20241122170222.html

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