Autor: Albert
El Jesús Hermida acoge la presentación del libro ‘Marxismo y comunicación’
El centro de la Comunicación Jesús Hermida, acogerá el próximo día 21 de mayo a las 18.30 horas la presentación del libro ‘Marxismo y Comunicación. Teoría Crítica de la Mediación Social’. En el acto, el autor del libro, profesor adscrito al departamento de Periodismo de la Universidad de Sevilla, estará acompañado por el exportavoz de IU en el Parlamento Andaluz, Antonio Maíllo, el presidente de la Asociación de la Prensa de Huelva, Juan F. Caballero y la activista María Gadea.
‘Marxismo y Comunicación. Teoría Crítica de la Mediación Social’ ofrece al público las líneas maestras de fuerza que sistematizan algunos de los principales aportes de la visión materialista para ir sentando las bases de desarrollo del pensamiento emancipador en comunicación desde la tradición marxista.
El ensayo, además de rendir tributo al sabio de Tréveris, ha sido escrito con la intención de aportar al lector elementos básicos para una necesaria crítica materialista de la mediación social y alumbrar una evidencia inexcusable en tiempos de libre comercio: la dimensión política de toda mediación cognitiva. En palabras de Douglas Kellner, la Política y la Economía, como matriz de abordaje de la Comunicación, significa que la producción y distribución de la cultura tiene lugar en un sistema económico particular, en una forma de producción y reproducción social específica que no puede ni debe ser eludida si algún sentido tiene la ciencia desde el punto de vista social (Kellner, 1997).
La conexión entre los aspectos culturales y comunicativos, los tecnológicos y económicos, y los político-informativos y tecno-estéticos que están en la base del modelo de análisis marxista puede en este sentido, cuando menos, definir un marco lógico de comprensión global. Fruto de la interrelación existente entre los diferentes niveles de acción, este marco resulta revelador tanto de los problemas de orden práctico, como la lógica desinformativa de la posverdad, como de aspectos sustantivos de los modelos de representación ideológica presentes en la práctica teórica contemporánea. Más allá y más acá de Marx, la revisión de los aportes seleccionados a lo largo del libro pueden contribuir a despejar cierto desdibujamiento que sobre la teoría marxista han querido proyectar culturalistas o funcionalistas reciclados al identificar la teoría crítica con el modelo economicista de la vulgata al uso sobre las teorías del control social frente a la compleja lectura propia de un pensamiento relacional que tiende a pensar la realización de la lógica del valor y el fetichismo de la mercancía desde una definición materialista consustancial a toda mediación social.
La presente obra constituye un acto político y de naturaleza reflexiva, en la medida que trata de situar los aportes fundamentales de la tradición crítica en el nuevo marco de relaciones que se deben pensar contra corriente, dando sentido a la realidad más allá de la razón sedentaria. El autor persigue la idea matriz y original de deconstruir las formas contemporáneas de dominio del poder simbólico desde la recuperación de una tradición negada que debe y puede ser leída en nuestro tiempo a contrapelo de la historia.
Francisco Sierra presenta este viernes en Huelva su libro ‘Marxismo y comunicación’
El centro de la Comunicación Jesús Hermida, acogerá el próximo viernes, 21 de mayo, a las 18.30 horas, la presentación del libro ‘Marxismo y Comunicación. Teoría Crítica de la Mediación Social’. En el acto, el autor del libro, Francisco Sierra, profesor adscrito al departamento de Periodismo de la Universidad de Sevilla, estará acompañado por el exportavoz de IU en el Parlamento Andaluz, Antonio Maíllo, el presidente de la Asociación de la Prensa de Huelva, Juan F. Caballero y la activista María Gadea.
‘Marxismo y Comunicación. Teoría Crítica de la Mediación Social’ ofrece al público las líneas maestras de fuerza que sistematizan algunos de los principales aportes de la visión materialista para ir sentando las bases de desarrollo del pensamiento emancipador en comunicación desde la tradición marxista.
El ensayo, además de rendir tributo al sabio de Tréveris, ha sido escrito con la intención de aportar al lector elementos básicos para una necesaria crítica materialista de la mediación social y alumbrar una evidencia inexcusable en tiempos de libre comercio: la dimensión política de toda mediación cognitiva. En palabras de Douglas Kellner, la Política y la Economía, como matriz de abordaje de la Comunicación, significa que la producción y distribución de la cultura tiene lugar en un sistema económico particular, en una forma de producción y reproducción social específica que no puede ni debe ser eludida si algún sentido tiene la ciencia desde el punto de vista social (Kellner, 1997).
La conexión entre los aspectos culturales y comunicativos, los tecnológicos y económicos, y los político-informativos y tecno-estéticos que están en la base del modelo de análisis marxista puede en este sentido, cuando menos, definir un marco lógico de comprensión global. Fruto de la interrelación existente entre los diferentes niveles de acción, este marco resulta revelador tanto de los problemas de orden práctico, como la lógica desinformativa de la posverdad, como de aspectos sustantivos de los modelos de representación ideológica presentes en la práctica teórica contemporánea. Más allá y más acá de Marx, la revisión de los aportes seleccionados a lo largo del libro pueden contribuir a despejar cierto desdibujamiento que sobre la teoría marxista han querido proyectar culturalistas o funcionalistas reciclados al identificar la teoría crítica con el modelo economicista de la vulgata al uso sobre las teorías del control social frente a la compleja lectura propia de un pensamiento relacional que tiende a pensar la realización de la lógica del valor y el fetichismo de la mercancía desde una definición materialista consustancial a toda mediación social.
La presente obra constituye un acto político y de naturaleza reflexiva, en la medida que trata de situar los aportes fundamentales de la tradición crítica en el nuevo marco de relaciones que se deben pensar contra corriente, dando sentido a la realidad más allá de la razón sedentaria. El autor persigue la idea matriz y original de deconstruir las formas contemporáneas de dominio del poder simbólico desde la recuperación de una tradición negada que debe y puede ser leída en nuestro tiempo a contrapelo de la historia.
El libro ‘Marxismo y comunicación’ se presenta en el Centro Jesús Hermida
El centro de la Comunicación Jesús Hermida acoge este viernes 21 de mayo a las 18.30 horas la presentación del libro ‘Marxismo y Comunicación. Teoría Crítica de la Mediación Social’. En el acto, el autor del libro, Francisco Sierra, profesor adscrito al departamento de Periodismo de la Universidad de Sevilla, estará acompañado por el exportavoz de IU en el Parlamento Andaluz, Antonio Maíllo, el presidente de la Asociación de la Prensa de Huelva, Juan F. Caballero y la activista María Gadea.
Sobre el autor
‘Marxismo y comunicación’, el nuevo libro de Francisco Sierra
Marxismo y Comunicación. Teoría Crítica de la Mediación Social será presentado en el Centro de la Comunicación Jesús Hermida, el próximo día 21 de mayo a las 18:30. En el acto, Francisco Sierra, autor del libro y profesor adscrito al departamento de Periodismo de la Universidad de Sevilla, estará acompañado por el exportavoz de IU en el Parlamento Andaluz, Antonio Maíllo, el presidente de la Asociación de la Prensa de Huelva, Juan F. Caballero y la activista María Gadea.
Esta obra ofrece al público las líneas maestras de fuerza que sistematizan algunos de los principales aportes de la visión materialista para ir sentando las bases de desarrollo del pensamiento emancipador en comunicación desde la tradición marxista.
El ensayo, además de rendir tributo al sabio de Tréveris, ha sido escrito con la intención de aportar al lector elementos básicos para una necesaria crítica materialista de la mediación social y alumbrar una evidencia inexcusable en tiempos de libre comercio: la dimensión política de toda mediación cognitiva. En palabras de Douglas Kellner, la política y la economía, como matriz de abordaje de la comunicación, significa que la producción y distribución de la cultura tiene lugar en un sistema económico particular, en una forma de producción y reproducción social específica que no puede ni debe ser eludida si algún sentido tiene la ciencia desde el punto de vista social (Kellner, 1997).
La conexión entre los aspectos culturales y comunicativos, los tecnológicos y económicos, y los político-informativos y tecno-estéticos que están en la base del modelo de análisis marxista puede en este sentido, cuando menos, definir un marco lógico de comprensión global. Fruto de la interrelación existente entre los diferentes niveles de acción, este marco resulta revelador tanto de los problemas de orden práctico, como la lógica desinformativa de la posverdad, como de aspectos sustantivos de los modelos de representación ideológica presentes en la práctica teórica contemporánea.
Más allá y más acá de Marx, la revisión de los aportes seleccionados a lo largo del libro pueden contribuir a despejar cierto desdibujamiento que sobre la teoría marxista han querido proyectar culturalistas o funcionalistas reciclados al identificar la teoría crítica con el modelo economicista de la vulgata al uso sobre las teorías del control social frente a la compleja lectura propia de un pensamiento relacional que tiende a pensar la realización de la lógica del valor y el fetichismo de la mercancía desde una definición materialista consustancial a toda mediación social.
La presente obra constituye un acto político y de naturaleza reflexiva, en la medida que trata de situar los aportes fundamentales de la tradición crítica en el nuevo marco de relaciones que se deben pensar contra corriente, dando sentido a la realidad más allá de la razón sedentaria. El autor persigue la idea matriz y original de deconstruir las formas contemporáneas de dominio del poder simbólico desde la recuperación de una tradición negada que debe y puede ser leída en nuestro tiempo a contrapelo de la historia.
El Jesús Hermida acogerá la presentación del libro ‘Marxismo y comunicación’, de Francisco Sierra
El centro de la Comunicación Jesús Hermida de Huelva acogerá el próximo 21 de mayo a las 18.30 horas la presentación del libro ‘Marxismo y Comunicación. Teoría Crítica de la Mediación Social’, una obra del catedrático de Comunicación de la Universidad de Sevilla y columnista de Tinto Noticias Francisco Sierra Caballero.
El autor estará acompañado por el excoordinador general de Izquierda Unida en Andalucía y exportavoz del grupo de IU en el Parlamento andaluz, Antonio Maíllo, así como por el presidente de la Asociación de la Prensa de Huelva y redactor de este periódico, Juan F. Caballero, y la activista onubense María Gadea.
Tal y como ya informó este periódico, ‘Marxismo y comunicación. Teoría Crítica de la Mediación Social’ ofrece al público las líneas maestras de fuerza que sistematizan algunos de los principales aportes de la visión materialista, todo ello para sentar las bases de desarrollo del pensamiento emancipador en comunicación desde la tradición marxista.
El ensayo, además de rendir tributo al sabio de Tréveris, ha sido escrito con la intención de aportar al lector elementos básicos para una necesaria crítica materialista de la mediación social y alumbrar una evidencia inexcusable en tiempos de libre comercio: la dimensión política de toda mediación cognitiva. Y es que, tal y como indicó Douglas Kellner, la política y la economía, como matriz de abordaje de la comunicación, significa que la producción y distribución de la cultura tiene lugar en un sistema económico particular, en una forma de producción y reproducción social específica que no puede ni debe ser eludida si algún sentido tiene la ciencia desde el punto de vista social (Kellner, 1997).
La conexión entre los aspectos culturales y comunicativos, los tecnológicos y económicos y los político-informativos y tecno-estéticos que están en la base del modelo de análisis marxista puede en este sentido, cuando menos, definir un marco lógico de comprensión global. Fruto de la interrelación existente entre los diferentes niveles de acción, este marco resulta revelador tanto de los problemas de orden práctico, entre ellos el de la lógica desinformativa de la posverdad, como de aspectos sustantivos de los modelos de representación ideológica presentes en la práctica teórica contemporánea.
Más allá y más acá de Marx, la revisión de los aportes seleccionados a lo largo del libro pueden contribuir a despejar cierto desdibujamiento que sobre la teoría marxista han querido proyectar culturalistas o funcionalistas reciclados al identificar la teoría crítica con el modelo economicista de la vulgata al uso sobre las teorías del control social frente a la compleja lectura propia de un pensamiento relacional que tiende a pensar la realización de la lógica del valor y el fetichismo de la mercancía desde una definición materialista consustancial a toda mediación social.
La obra constituye un acto político y de naturaleza reflexiva, en la medida que trata de situar los aportes fundamentales de la tradición crítica en el nuevo marco de relaciones que se deben pensar contra corriente, dando sentido a la realidad más allá de la razón sedentaria. El autor persigue la idea matriz y original de deconstruir las formas contemporáneas de dominio del poder simbólico desde la recuperación de una tradición negada que debe y puede ser leída en nuestro tiempo a contrapelo de la historia.
Libro sobre comunicación en UNAN-Managua
UNAN-Managua, en conjunto con la Embajada de Nicaragua en España, en nombre del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, llevaron a cabo la presentación del libro Marxismo y Comunicación. Teoría de la Mediación Social, del Académico, Catedrático e Investigador español, Francisco Sierra Caballero.
El evento dirigido a la Comunidad Universitaria, miembros de la Red de Jóvenes Comunicadores y Periodistas de los Medios del Poder Ciudadano, estuvo presidido por el Vicerrector General Doctor Alfredo Lobato Blanco y la Decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias Jurídicas, MSc. Ligia Martínez.
La presentación del libro estuvo a cargo del Embajador de Nicaragua en España, Compañero Carlos Midence, quien, luego de trasladar los saludos de nuestro Buen Gobierno Sandinista y Pueblo, reflexionó sobre la propuesta de la obra relacionada al pensamiento crítico y al capitalismo de plataforma monopolizado por el imperialismo/colonialismo. Puso en valor, también, la resistencia que modelos como el de nuestra Nicaragua Sandinista ofrece a este sistema.
Por su parte, el Catedrático Francisco Sierra, uno de los estudiosos de la comunicación más prestigiosos en España y Europa, con amplio conocimiento de los procesos progresistas de Nuestramérica resumió su propuesta partiendo de una consideración en torno a la guerra híbrida promovida por el imperialismo a través de la hiperconcentración de los Medios y las Redes, los que cumplen un rol para la ofensiva, distribuyendo falsedades y acaparando los códigos simbólicos en el marco de la guerra cultural. El Profesor lo ejemplificó con la guerra de agresión y desestabilización que sufrió nuestro País en los años ochenta y la embestida perpetrada actualmente, mediante este formato de guerra híbrida. Asimismo, reivindicó la fortaleza de las comunicaciones alternativas y creativas, para contrarrestar este modelo concentrador y pervertido.
El evento fue clausurado con la intervención del Vicerrector General Doctor Alfredo Lobato.
McTELE
Nada tan peligroso para la salud como la comida rápida y, para la cultura democrática, el llamado infoentretenimiento, un ecosistema audiovisual de baja calidad, altamente calórica y de acalorados debates tertulianos al modo La Sexta que atentan contra la convivencia y la salud democrática. Tal deriva no es espontánea o accidental, la dialéctica que nos consume resulta de una política de lo peor que ha implantado en España la matriz hegemónica del modelo mamachicho, con la consecuente berlusconización del espacio catódico, lo que explica el caso Ayuso (financiación pública de por medio, como ha revelado Marcos Muñoz en El Público) afectando sobremanera el juego de la comunicación que marca la agenda de los debates con los que nos entre/tienen. Por lo mismo, es previsible que la nueva contrarreforma audiovisual en proceso atente contra los pocos resquicios autónomos de servicio público radiotelevisivo existentes.
La TDT se implantó en España en pleno proceso de desmantelamiento acelerado del Estado del Malestar: en el reino borbónico a más no se pudo llegar. Lo del modelo nórdico estaba bien para pseudosesudos artículos de la revista El Socialismo del Futuro, de Alfonso Guerra, pero no para la práctica. Con esta transformación del sistema televisivo hemos pasado así sin solución de continuidad del NODO, y la RTVE de Franco y sus secuaces, a la McTELE y la comida rápida adulterada para el espíritu nacional sin variar significativamente, lo que no deja de resultar curioso, el llamado franquismo sociológico. Así hoy la caja tonta es el templo ya no de la estupidez sino de la mediación por antonomasia de toda posibilidad de reconocimiento, convertida en agencia matrimonial, consultora pública o agencia de empleo vía formatos como GO TALENT. Pocos analistas sin embargo han avizorado lo que nos viene encima. Quizás solo Bop Pop que ha entendido muy bien el sentido de este lógica del método por la que no es que la televisión hoy sea la escuela paralela, es que el reality show ha remplazado a la educación como instancia de movilidad y ascenso social. El régimen de visibilidad y la nueva economía política de la información personal que vive la generación millenial es el que aprendieron con Belén Esteban, la princesa del pueblo. Otra cosa es el discurso fascista que lo acompaña. Pero para el caso, da lo mismo: la emergencia de las kellys y la gente común en pantalla solo es posible bajo la condición de alimentar el bucle recursivo y asumir la falsa garantía de democratización del espacio público, privatizado como está todo, incluida la calle y el transporte público, en forma de rueda de la fortuna o promoción publicitaria. Cuando los protagonistas de la información del telediario son en más del 60% directivos y de clase alta (no menciono aquí género o raza por resultar obvia la conclusión a la que llegaríamos), la clase obrera tiene apenas un 10 o 15% de presencia, peyorativa como siempre, y en el marco normalizado e instituido en la industria cultural de reclamo singularizado de los concursos y realities en tanto que mano de obra barata al servicio de empresas como ENDEMOL y LA FABRICA DE LA TELE.
En la era de ingeniería social y la sociedad positiva, el Plan Nacional de la TDT puede en esta línea ser considerado un naufragio cultural. Mayor concentración, menos pluralismo, precariedad del sector y homogeneidad de la oferta llevando la lucha de clases por otros medios de representación inenarrables, pues nada cuenta ni nada se espera de esta cultura espectacular. En parte porque el proyecto ha sido pensado por economistas y los secuaces imitadores del capo de Mediaset. En otras palabras, la Agenda Digital es en España más bien un proyecto orientado al consumo y al mercado a lo bienvenido Mr. Marshall. Y aguarden si se aprueba la Ley Calviño del Audiovisual, cuando el 5G se universalice para las comunicaciones móviles y empiece a estar operativo, en el nuevo dividendo digital, un múltiplex Ultra HD en manos de los de siempre. El naufragio terminará ahogándonos en el mar de la contaminación proliferante ya sin posibilidad alguna de salvación. Por ello, ahora más que nunca, en este escenario de la televisión basura cabe volver a ser impertinente, y plantear cosas no evidentes que a uno se le ocurren por pecar de imprudencia o insobornable voluntad partisana. A saber: ¿ Y el cine, y la cultura, y el audiovisual creativo ?. Sabemos que tanto en Bruselas como en Moncloa ni se piensa en ello ni se apuesta por desmontar las bases mediáticas que nos ocupan, salvo como obligación marginal de inversión en la industria europea en virtud de una normativa que ha llegado tarde y no altera la estructura de poder que comanda la matriz colonial de los herederos de Franco en este erial que es nuestro sistema catódico, un espacio feudal que, para más inri, ni es sostenible ni lógico incluso en la propia racionalidad económica imperante, tal y como hoy vemos con la externalización de empresas como Canal Sur. Si sumamos a esto que, no se sorprenda el lector, en medio de la inercia de la destrucción creativa, Ayuso da luz verde a la universidad privada del Grupo Planeta, tenemos el cuadro compuesto para retornar al capitalismo de amiguetes que es el IBEX35.
Clausurada la aventura de la Institución Libre de Enseñanza, y toda tentativa de virtud republicana, la telerrealidad que nos preside promueve de forma proliferante academias privadas para las celebrities, limitándose como sucede hoy toda promesa de movilidad social a una mera cuestión de casting para Gran Hermano a golpe de talonario. En esta dinámica, la producción efímera de audiencias, infieles por naturaleza en la era del mando a distancia que invierte la relación de la telestesia – Dios ha muerto y la caja negra de mi televisor también –abunda en la mercantilización extrema de unos medios mercantilistas de usar y tirar que agudizan como resultado el sentido de la competencia y la individuación del modelo posmoderno de consumo posesivo. A fuerza de la búsqueda del impacto, no sabemos, en fin, si los actores que aparecen en pantalla están infoxicados por la dieta mediática o directamente están posesos, imbuidos por el fragor de la batalla de las mercancías que todo ilumina de oropeles y promesas el mundo que habitamos. Pues, por principio, han de distinguirse y mostrar, por la vía del postureo, que lo que valen es lo que muestran. La posverdad no puede tapar sin embargo lo evidente, la esclavitud del instante y el mercadeo del que son objeto. Como bien dice, con razón, Felipe Alcaraz, cuando los medios callan, los muros hablan. En Buenos Aires, una pintada anónima rezaba: “me engañarás en la nómina, pero no en el trabajo”. La vida fingida en la McTele es, al fin y al cabo, trabajo vivo capturado. El para qué y cómo, en otro capítulo de esta columna.