Maíllo, la virtud republicana

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El filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría hablaba del ethos barroco para explicar que la modernidad no es un camino único ni en línea recta. Al contrario, frente a los modelos dominantes propios del Norte global, desde el Sur siempre han florecido modelos alternativos de modernidad marcados por la política de la resistencia, la hibridación cultural y el diálogo, fruto de la adaptación creativa de los sectores subalternos.

Que Antonio Maillo es andaluz hasta la médula es bien sabido, menos quizás que profesa ese ethos barroco, y no es un dato menor. En estos tiempos de confusión y zozobra, de restauración de la corona de Aragón, incluso entre la propia izquierda, la noticia de su candidatura a liderar IU es recibida por todos como agua de mayo. Si no queremos seguir los pasos de Italia, hace falta pensar España desde la cuestión meridional, desde el Sur y desde abajo. Y Antonio es plenamente consciente de esta tesis, conoce bien el momento histórico y los retos que tiene la izquierda en el actual horizonte de transformaciones que vive la política y, sobre todo, tiene la entereza, solidez y compromiso necesarios para construir un proyecto consistente de unidad desde el pluralismo y el conocimiento del mapa complejo de la geopolítica contemporánea que hay que enfrentar.

Doy fe de ello, desde los primeros pasos de IU, cuando tuve la suerte de conocerlo y trabar amistad en un encuentro de jóvenes del movimiento estudiantil, él proveniente del CADUS sevillano, yo de la Complutense, ambos imaginando las potencialidades del movimiento político-social y otras formas de hacer política, como la de aquella IU inspirada por Anguita que alentó en su momento una nueva estructura de sentimiento o sentimentalidad.

De aquel encuentro a esta parte, han pasado más de 35 años, y Maíllo ha demostrado en su impecable trayectoria que, como en su momento uno intuyera, tiene madera de líder. Atesora conocimiento y pulcras maneras, pa/ciencia y sabiduría, la de Séneca y el legado de Córdoba, cultivando, cual artesano, la palabra con templanza y justa medida, una virtud nada habitual en la política, menos aún en los tiempos que corren.

Hoy que la política es una producción en serie de más de lo mismo, una suerte de espiral del disimulo, su liderazgo es garantía fehaciente de progreso, porque siempre hace posible, en lo real y concreto, la interlocución cordial, porque hace lo que dice, dice lo que hace, y vive como habla. Por ello mismo es un dirigente muy querido entre la militancia y las clases populares, un referente de la izquierda para el proyecto de construcción de un nuevo sentido común desde el Sur y desde abajo.

Históricamente, desde Andalucía han sido muchas las experiencias políticas que han sido iniciativas de vanguardia para el movimiento de emancipación, desde la Gloriosa, y la I y II República, a la transición y lucha del pueblo andaluz, o más recientemente cuando desde Córdoba precisamente se pensó el proyecto de Convocatoria por Andalucía. Hablamos de una memoria y un legado y cultura política de la que Maíllo ha sido heredero y protagonista fundamental.

Revisando estos días en mis archivos personales ante el cuestionamiento de un conocido periodista sobre el futuro de la izquierda en España, recordaba el libro “Un año inolvidable” de Achille Ochetto, escrito tras la caída del muro de Berlín. En él, el histórico dirigente del PCI apuntaba tres ideas claves, hoy de plena actualidad: hay que repensar la izquierda y renovar la teoría y práctica de la política emancipadora más allá de cierta cultura naif que se ha impuesto entre las fuerzas de progreso, es preciso afrontar la batalla cultural y romper con el dominio de la política como mero simulacro o juego de espejos mediáticos.

Y ello solo es posible con diálogo. Con escucha activa, pero de verdad, profunda, en el sentido freireano. Si la algarabía y ruido infoxicador colonizan todos los espacios públicos, hacen falta líderes que practiquen la atenta escucha dedicados, como Maillo, a la gente común, empezando por afiliados y simpatizantes. Líderes que construyan al cabo de la calle, a ras de suelo, desde abajo, la organización, los frentes culturales. Sin este empeño, no hay gobierno de coalición ni futuro posible.

Sorprende que, en estos tiempos tan difíciles de avance del autoritarismo y la reacción, haya quien no entienda este principio o que incluso no contemple la construcción de alternativas democráticas orgánicas construyendo organización como prioridad, bien por calculadas estrategias de centralización o incluso por tratar de compatibilizar ser ministro y portavoz, cuando más es evidente que urge avanzar en la guerra de posiciones con mayor unidad y poder popular. Como repitiera en campaña, literalmente, hasta la extenuación: hay que sumar, coser y cantar.

Maíllo sabe bien de qué se trata. Tiene la idea, el don de la palabra justa y precisa, la virtud republicana de la ejemplaridad, y es un avanzado estudioso de la filosofía de la praxis porque lo que promete lo cumple.

Este pasado mes se celebró el 50 aniversario de la revolución de los capitanes. En España, no logramos, desafortunadamente, nuestra revolución de los claveles, pero quizás, por qué no, ha llegado la hora de sentar las bases de una revolución de los profesores, la hora de la primavera de las amapolas que refresque el ambiente, despeje las nubosidades variables y nos empape de la fragancia verde esperanza con el que avanzar en el movimiento de la historia.

Si Blas Infante abogó por gobernantes que sean maestros, Estado que sea escuela, política que sea arte de educación, con Antonio Maíllo tenemos la certeza de que, en la era del fango y la ponzoña, su liderazgo al frente de la principal fuerza de la izquierda con implantación nacional arrojará luz y claridad, una hoja de ruta con la que caminar y avanzar, ilusionados, conscientes, firmes en la disputa de la hegemonía por las libertades y la democracia que tanto necesita este país.

Es hora, en fin, de transitar por las grandes alamedas de la libertad, practicar la pedagogía democrática y recomponer el diálogo, fortaleciendo la izquierda con la firmeza y convicción de quien sabe de dónde viene y tiene la sapiencia de escuchar y preguntar a la hora de construir un proyecto de izquierdas para la mayoría. Esa es su principal virtud. Y no es poca cosa, porque justo, en estos momentos históricos, es lo que precisamos para caminar juntos, para religarnos, para actuar en común. Para cambiar la vida, y cambiar la historia.

Sumar defiende luchar contra la desinformación en el Día Mundial de la Libertad de Prensa

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Francisco Sierra, diputado de Sumar, ha organizado junto al Grupo HERMES la jornada «Los retos de la libertad de prensa. Hacia el derecho democrático a la comunicación» para debatir sobre la situación actual del periodismo y realizar propuestas relativas a la protección de un bien público como la comunicación.

Desde 1993, cada 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa. La fecha fue escogida por la Asamblea General de las Naciones Unidas para rememorar la Declaración de Windhoek. En este manifiesto de 1991 elaborado en un seminario de la UNESCO, representantes de diversos medios de comunicación africanos lograron establecer los principios fundamentales de la libertad de prensa. Además, en esta fecha, se homenajea a todos los periodistas que han perdido la vida en el ejercicio de su profesión.

Francisco Sierra, diputado y portavoz de Sumar en la Comisión de Calidad Democrática, ha gestionado este acto junto a Daniela Monje (coordinadora del Grupo Hermes y profesora en la Universidad Nacional de Córdoba -Argentina-) para conmemorar este Día Mundial de la Libertad de Prensa. En esta jornada celebrada en la Sala Sagasta del Congreso de los Diputados, Francisco Sierra ha lamentado que «ha habido serios retrocesos en el sector del periodismo por el ascenso de la extrema derecha«. Además, la conferencia ha contado con la intervención de varios periodistas y académicos especializados en comunicación.

Retos internacionales de la libertad de prensa

Daniel Cabrera, profesor de la Universidad de Zaragoza, mostró la realidad vivida actualmente por el periodismo de Sudamérica. «La polarización es un tema central de América Latina. El populismo parecía un movimiento de izquierda, pero Trump, Bolsonaro y Milei demostraron que también puede ser un movimiento de derecha. Se está produciendo un afán de controlar la opinión pública desde las emociones que fomentan esos populismos», afirmó Cabrera.

Asimismo, el catedrático Luis Albornoz mencionó el estudio anual Freedom in the World de la ONG estadounidense Freedom House, en el que se constata que la libertad de prensa mundial ha disminuido por 18º año consecutivo. En los últimos meses, el deterioro fue tan amplio que esta disminución de la libertad de prensa afectó a una quinta parte de la población mundial. Los derechos políticos y civiles descendieron en 52 países de los 73 analizados por el estudio. Destaca el caso de Ecuador, que pasó de ser un país libre a parcialmente libre por la violencia y asesinatos de candidatos vividos en sus últimas elecciones. Albornoz también recuerda que, en la última clasificación por la libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, se considera que las condiciones para ejercer correctamente el periodismo sólo se dan en una cuarta parte de los países del mundo.

«Esta pérdida de derechos se ha dado por ataques al pluralismo, cada vez más intensos. Estas tendencias generan una inestabilidad para la democracia justo en un año con gran trascendencia electoral en el que más de la mitad de la población acudirá a las urnas«, sostiene Luis Albornoz.

El problema de la concentración mediática

Además, también se trató la temática de los oligopolios existentes en el sector de la comunicación. Daniel Cabrera afirma que «la libertad de expresión no es solo una cuestión de los periodistas. También es un negocio de los empresarios tecnológicos y un lugar de inversiones muy poderosas para orientar sentimientos con la publicidad».

Albornoz también reflexionó sobre esta concentración mediática que se está expandiendo por todo el mundo. «No se trata de que haya una gran cantidad de medios porque muchos medios pueden ofrecer los mismos contenidos, sino de establecer ricos sistemas mediáticos con diversidad de contenidos y descentralizados geográficamente. Por desgracia, las estructuras monopolísticas y oligopolísticas de los medios de comunicación siguen siendo comunes en todo el mundo».

La libertad de prensa entendida desde tres posturas

Otro de los participantes en este acto organizado por Sumar fue Joan Pedro Carañana, Doctor Europeo en Comunicación, Cambio Social y Desarrollo por la Universidad Complutense. Según Carañana, existen tres posiciones para entender la libertad de prensa.

«Existe una posición neoliberal que confunde la libertad de prensa con la libertad de difamar, difundir bulos… También censura las perspectivas con las que no coincide y controla con oligopolios el sistema mediático. El principal referente en esta posición es Milton Friedman, que apuesta por controlar el discurso según sus propios intereses».

La segunda perspectiva expuesta por Carañana es la posición liberal ilustrada, que encuentra en Voltaire su mayor exponente. «Voltaire pensaba que la libertad de expresión o de prensa es la libertad del que piensa diferente, pero esa libertad no debe usarse para manipular. Además, otro liberal ilustrado como Adam Smith era partidario de un libre mercado verdadero con muchos propietarios y productores de diferentes características. Esta perspectiva defiende la diversidad de mensajes en la opinión pública».

«En tercer lugar, tenemos la perspectiva crítica. Chomsky analiza las estructuras que limitan la libertad de prensa. Esas estructuras son la propiedad de los medios y la influencia de los anunciantes. Esta perspectiva es crítica con la censura y con la propia autocensura del periodista. También denuncia que, en el periodismo, existe un imperativo de la brevedad. Las redes sociales y la televisión combinan esta brevedad del mensaje con el sensacionalismo».

Según Joan Pedro Carañana, la solución a los problemas actuales del sector mediático se encuentra en combinar estas dos últimas perspectivas para recuperar la dignidad del periodismo y evitar su caída en prestigio.

Propuestas finales de Sumar para la protección del derecho a la información

Francisco Sierra concluyó el acto con una serie de propuestas y reflexiones finales. «La sociedad civil debe considerar que el derecho a la comunicación garantiza la democracia. Esa es nuestra herramienta para demandar derechos. Es necesario reformar el sistema mediático para apoyar a los medios independientes. También hay que elaborar una nueva Ley de Publicidad Institucional que evite la instrumentalización de las subvenciones a medios».

Otra sugerencia que salió a la luz en la Sala Sagasta fue la constitución de un Consejo Estatal de Medios independiente que examine a los medios de comunicación. También fue propuesta la creación de un Foro Ciudadano por el Derecho a la Comunicación para sentar las bases de futuras iniciativas legislativas relativas a la regulación de los medios. La constitución de una comisión legislativa sobre comunicación, una nueva política de transparencia sobre publicidad institucional y propiedades de medios, medidas para evitar los oligopolios mediáticos y la recuperación del concurso público en el Consejo de RTVE fueron otras ideas debatidas en este acto organizado en el Congreso de los Diputados.

Especial con Francisco Sierra: Medios Comunitarios, ¿un reto ciudadano?

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En el último episodio especial de «De Sevilla para el Mundo», nos adentramos en el vibrante mundo de los medios comunitarios de la mano del Diputado al Congreso, Francisco Sierra. Este episodio destaca cómo la participación ciudadana y la comunicación local pueden transformar realidades y fortalecer la voz de las comunidades.

Desde las ondas de Radiopolis 92.3 FM hasta las plataformas digitales, el Diputado Francisco Sierra comparte su visión sobre el papel vital que juegan los medios comunitarios en la sociedad actual. Con su experiencia en el ámbito político y su compromiso con la ciudadanía, ofrece perspectivas enriquecedoras sobre cómo estos medios pueden ser un vehículo poderoso para la inclusión, la diversidad y el cambio social.

A través de entrevistas inspiradoras, análisis profundos y ejemplos concretos de proyectos exitosos, este episodio especial invita a los espectadores a reflexionar sobre el impacto positivo que pueden tener los medios comunitarios en sus propias comunidades. Desde fomentar el diálogo hasta empoderar a los ciudadanos para que compartan sus historias, «Medios Comunitarios, un reto ciudadano» es un llamado a la acción para todos aquellos que creen en el poder de la comunicación para construir un mundo más justo y equitativo.

El Grupo Plurinacional Sumar organiza en el Congreso una jornada para debatir sobre el derecho democrático a la comunicación y celebrar el Día Mundial de la Libertad de Prensa

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El Grupo Plurinacional Sumar organiza mañana viernes en el Congreso la jornada ‘Los retos de la libertad de prensa. Hacia el derecho democrático a la comunicación’ para celebrar el Día Mundial de la Libertad de Prensa. El encuentro, impulsado por Francisco Sierra, diputado y portavoz de Sumar en la Comisión de Calidad Democrática, reúne a especialistas del mundo de la comunicación, representantes de los gremios periodísticos y a parlamentarios.

Entre los diversos objetivos que persigue esta cita está inaugurar un foro permanente de debate -Grupo Hermes- para definir durante esta XV Legislatura una agenda común de acciones institucionales que contribuyan a mejorar la calidad democrática de nuestro sistema de información, todo ello en un contexto de crisis del periodismo y ante la peligrosa deriva de la desinformación que las redes y algunos diarios digitales promueven en el sistema mediático.

Francisco Sierra destaca que “es hora de acometer la asignatura pendiente de nuestra democracia, cumplir con el artículo 20 de la Constitución para garantizar el derecho de acceso y participación, y poder responder a los retos de la transición digital con mayores garantías jurídicas, con herramientas democráticas, además de una arquitectura normativa e institucional que haga posible el Derecho a la Comunicación”.

Para el diputado de Sumar, “cada vez resulta más evidente la necesidad de un sistema informativo equilibrado, plural y acorde a las demandas que plantea la ciudadanía en la era de la comunicación global”.

Casos recientes como los bulos y las sucesivas campañas de ‘lawfare’ contra el Gobierno de coalición progresista, en general, y destacados dirigentes de la izquierda en nuestro país y su entorno familiar, de forma directa, se identifican en la Unión Europea (UE) como “un peligro para la convivencia democrática, un problema de salud pública que requiere de acciones del Estado frente a las amenazas a la libertad de prensa que grupos de extrema derecha y oligopolios informativos hiperconcentrados plantean en el actual entorno digital”, analiza Sierra.

El pluralismo interno y la diversidad del ecosistema mediático bajo el dominio de operadores foráneos, como las grandes compañías de Silicon Valley, corren el peligro de ser socavados en nuestro país por la creciente concentración de poder económico. Al mismo tiempo, se suceden procesos de desinstitucionalización democrática que las grandes corporaciones digitales despliegan de manera recurrente, tal y como se ha podido ver ya en Estados Unidos durante la Administración Trump o en los golpes de Estado de Brasil y Bolivia, sin olvidar el referéndum del Brexit.

En este contexto, los informes anuales del Instituto Reuters constatan, por ejemplo, “una crisis de credibilidad y confianza en nuestro país respecto a los medios y profesionales de la información”. Francisco Sierra expone que se debe responder a todo ello “con diversas iniciativas concertadas por parte del sector de la comunicación, los poderes públicos y el Parlamento, para establecer un marco de desarrollo del sector que garantice los principios constitucionales con mayor transparencia, pluralismo y participación de la ciudadanía”.

De la misma forma, en la jornada ‘Los retos de la libertad de prensa. Hacia el derecho democrático a la comunicación’ se tendrán muy en cuenta las indicaciones de la UNESCO para dedicar también el Día Mundial de la Libertad de Prensa a la importancia del periodismo y la libertad de expresión en el contexto mundial de crisis medioambiental.

Tal y como señala este organismo internacional, la concienciación sobre los aspectos de las distintas crisis medioambientales y sus efectos es esencial para construir sociedades democráticas. La labor periodística juega un papel fundamental para responder a esta crisis, teniendo muy en cuenta que los/as periodistas se enfrentan a grandes desafíos a la hora de buscar y difundir información sobre temas de actualidad en esta materia.

Mediafare

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Quienes somos militantes del principio esperanza nunca renunciamos a la pedagogía democrática, así que me van a permitir que les recomiende una lectura: el drama didáctico La excepción y la regla (1930) de Bertolt Brecht, una propuesta más que oportuna en nuestro tiempo para observar el mundo y la actualidad con otros ojos, y que desconfíen del acto más trivial y en apariencia sencillo, que examinen, sobre todo, lo que parezca habitual. Sugerimos, ante la coyuntura que nos carcome, que expresamente no acepten lo habitual como una cosa natural. Pues en tiempos de desorden sangriento (como en Gaza), de confusión organizada (como en la Argentina de Milei) de arbitrariedad consciente de muchos magistrados, de humanidad deshumanizada, NADA DEBE PARECER NATURAL, NADA DEBE PARECER IMPOSIBLE DE CAMBIAR. Más aún en el espacio mediatizado de nuestra democracia de baja intensidad, donde las sentencias se televisan y los jueces son protagonistas del papel cuché.

Lo que ocurre en la justicia y la cueva mediática de este país no es lo que debiera ocurrir, empezando por la propia composición de los actores. Un estudio realizado no hace muchos años indicaba que las dos profesiones más endogámicas en España son la de los jueces y profesores universitarios. Doy fe que es así. En la universidad, que un hijo de obreros, como es el caso, llegue a catedrático es cosa improbable (apenas un 0,000001 por ciento). Una excepción. La regla es la que es. Igual sucede con las mujeres, y por eso aprobamos en el Congreso una ley frente al techo de cristal que, en el poder judicial es más que notorio. En la moción de VOX sobre la independencia de la Justicia, fuimos taxativos, la carrera judicial está reservada a familias selectas con poder adquisitivo para financiar las oposiciones, heredando así de padres a hijos una función pública que resulta en el modus operandi privativa. Hablamos de una justicia de otro tiempo, clasista, machista y xenófoba, un poder del Estado injusto e ineficiente que solo opera con diligencia y velocidad en casos de lawfare, por lo general contra la izquierda, dirigentes sindicales y movimientos antagonistas. La vindicación de la independencia en la justicia, como en los medios, debería mover a risa si no fuera por la seria amenaza que dinámicas como el mediafare tiene para nuestra débil democracia, cuya institucionalidad se ve tensionada por la pendencia, esto es, en tiempos de Vox, por el eterno retorno de la contienda, la riña, el altercado, la bronca y la reyerta.

España no es diferente, como sueñan los herederos de Franco. El pueblo de esta tierra asolada por una casta castiza y rentista demanda justicia democrática y medios justos, no palanganeros de la internacional corporativa a lo Vicente Vallés. La gente exige un entorno mediático y judicial sin puertas traseras ni intromisiones que vulneran derechos. Un ecosistema informativo imparcial y de calidad. Leyes que protejan a la ciudadanía de extralimitaciones a lo Ama Rosa Quintana o Carlos Herrera en favor de quienes mandan en este país. La gente común quiere libertad de expresión y asociación, no leyes mordaza, y menos jueces mediatizados y cooptados en manifestación contra normas no tramitadas por el poder legislativo con clara voluntad destituyente. En suma, la sociedad española mira al futuro y aspira a la justicia de los Derechos Humanos, la justicia de la reparación y proporcionalidad, la que reconoce que sin libertad de expresión no es posible la convivencia pacífica, que sin Julian Assange o Pablo González en libertad no hay democracia. Por ello es tiempo de pedir la paz y la palabra, una justicia y medios de comunicación no de los pocos que hablan de reglas pero cultivan la excepción en forma de doctrina Botín, sino una justicia e información política que, respetando el debido secreto profesional, no practique el lawfare alterando los tiempos y procedimientos según coyuntura política mientras se confunde la garantía de inmunidad judicial con la impunidad del rey emirato.

En juego está la dignidad y justicia para todos, siempre y cuando periodistas y agentes sociales asumamos la lección que nos dejara Brecht:

Consideren extraño lo que no lo es.

Tomen por inexplicable lo habitual.

Siéntanse perplejos ante lo cotidiano

Traten de hallar un remedio frente al abuso

Pero, sobre todo, no olviden que la regla es el abuso.