Sumar trabaja en la creación por ley de un fondo estatal contra la exclusión en los barrios vulnerables

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El diputado de Sumar por Sevilla, Francisco Sierra, lleva meses, junto con sus compañeros andaluces, manteniendo encuentros con los vecinos y vecinas de los barrios más vulnerables de la comunidad. Es en Andalucía donde se acumulan las zonas con peores indicadores de renta de todo el país, según el INE.

«Además de la España vaciada tenemos espacios urbanos en todo el territorio nacional, en Andalucía especialmente, en los que el Estado no está. No está para los servicios públicos», afirma Sierra en un encuentro con Público.

«Hay varios sesgos de la desigualdad muy brutales, uno tiene que ver con la clase, que históricamente conocemos; está también el de género, del que somos cada vez más conscientes en la política y en las políticas públicas. Y otro está en donde vives. Según tu código postal ya estás condenado a un itinerario de vida«, añade.

De esos trabajos con representantes vecinales ha surgido, explica Sierra, la idea de presentar un proyecto de ley en el Congreso en el que se recoja la creación de un fondo del Estado, que estaría vinculado a los presupuestos generales, es decir, contaría con una financiación anual, para combatir la exclusión.

Al reparto de ese dinero podrían optar todos los barrios del Estado en situación de vulnerabilidad –los parámetros y detalles irían recogidos en un reglamento–. Lo que pretende Sumar es que cualquier zona urbana desfavorecida, no solo en ciudades sino también en entornos rurales, pueda, mediante un trabajo desde abajo y con la colaboración de los ayuntamientos y comunidades autónomas, dar lugar a un plan integral específico y propio, que el Estado financiaría.

Por la red circula un manifiesto impulsado por entidades vecinales y titulado Por una ley integral de barrios vulnerables. En él se recoge lo siguiente: «Nos proponemos la elaboración y aprobación de una Ley de Barrios Vulnerables en esta legislatura que apruebe un Fondo de Recuperación Urbana, Ambiental y Social para evitar el riesgo de fractura social y hacer frente a la crisis ambiental».

El programa electoral de Sumar recogía la «creación de un programa estatal para los barrios vulnerables» que «pondrá a disposición de las comunidades y de los ayuntamientos los recursos y el apoyo necesario para desarrollar estas intervenciones a través de convocatorias anuales de ayudas directas«.

La idea que plantea Sierra profundiza en esa promesa electoral: «Vimos [durante el trabajo con los vecinos] –explica– que era necesario un proyecto de ley que fuera integral, en el que colaboren los ayuntamientos, las autonomías y el Estado, y que sea interdepartamental. Los diagnósticos que hemos hecho en los barrios que hemos visitado [nos dicen que] es que los proyectos [planteados hasta ahora] son fragmentarios, discontinuos».

«El objetivo fundamental –agrega el parlamentario– es un proyecto que sea una política de Estado. Hicimos un equipo técnico los diputados de Andalucía, con el objetivo de lograr un diagnóstico participado; no queríamos una prueba de laboratorio».

«Dijimos: vamos con los vecinos, que nos van a decir seguramente lo que ya sabemos, en algunos casos, desde hace más de 30 años. Pero vamos a construir con ellos y esto es el resultado de lo que ha salido: la ley surge desde la iniciativa parlamentaria pero se edifica con diálogo y desde una escucha activa real«, reivindica Sierra.

La arquitectura del fondo

Así cuenta Sierra a Público la arquitectura de ese fondo: «Gran parte de las competencias para [ejecutar] un plan integral para un barrio son municipales y autonómicas. Hemos estado dándole vueltas y hemos optado por un modelo similar a los fondos Feder, que es un modelo concursal. Es la única manera en que el Estado puede disponer de fondos y programas, que con la participación de ayuntamientos y autonomías, puedan lograr el objetivo final, que es cambiar los barrios».

«Hay otros dos elementos importantes –agrega el diputado–. Las Comunidades tienen que cooperar. Como en la ley de dependencia [se habilitaría] un sistema de lealtad institucional, de cooperación institucional, esto hay que garantizarlo en la ley. Y un elemento que queremos introducir es que haya una participación vecinal, que los vecinos no estén como destinatarios, sino que puedan participar en el proceso».

La idea de base la resume Sierra de este modo: «Ahora que tratan de destruir las bases del Estado del Bienestar, la sanidad, la educación, lo que queremos nosotros es ampliarlo y atender desde el Estado políticas avanzadas».

El meollo es, en efecto, esa partida, que, de ser aprobada, garantizaría continuidad y flexibilidad en los proyectos. ¿Cuánto podría destinarse cada año a estas políticas? «La parte más delicada va a ser esa: dotar un fondo», asume Sierra. «Como política del Estado del Bienestar –agrega–, habría una cuantía en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que están dotados para lograr continuidad. Esta política hay que seguir peleándola. Tendríamos un marco de ley al que podrían apelar los vecinos y, si la sacamos adelante, sería una obligatoriedad establecer esos fondos».

«Queremos –añade el diputado de Sumar– que un único fondo integre todo: todas las variables que formen parte de una partida y así evitar la dispersión de esfuerzos. Las cantidades de dinero anuales en los PGE las tendríamos que negociar como una política de Estado, como sucede con la ley de dependencia: hay unas partidas específicas anuales para este programa. Este es el compromiso que tenemos que establecer».

El proyecto, para ver la luz, aún tendría que superar varias fases. Primero, cerrar los detalles con las organizaciones vecinales. Después, registrar la proposición de ley en el Congreso –para lo que se necesita consenso en la coalición– y, posteriormente, en su caso, negociarla con la mayoría de la investidura. Un complejo plan, que requeriría del apoyo de numerosos grupos parlamentarios, de diferentes sensibilidades.

«Va a ser difícil, pero tenemos que empezar. Lo estamos concretando con los vecinos y esperamos que sea política pública, de Estado. Nuestra hoja de ruta es el mes de junio. Nos faltaría terminar los diagnósticos y mantener un encuentro, porque todavía tenemos que hacer ajustes en los documentos, con los vecinos. Y después, hacer el registro», afirma Sierra.

Flexibilidad y trabajo con los vecinos

Rosario García, portavoz de la Plataforma Nosotros también somos Sevilla y vecina del Polígono Sur, explica que, en efecto, han estado desde el principio tratando con Sumar sobre este proyecto. Después de muchos años de promesas y de planes que no han terminado de solidificarse, García no pierde la ilusión. «Yo no sé alguna gente, pero yo no la voy a perder«, afirma, mientras comparte un café con el diputado Sierra y con Público.

«El proyecto tiene que mirar de cara a las necesidades que tenga la gente«, agrega. Luego, García pone un ejemplo: «El Polígono Sur no tiene las mismas características que Torreblanca [otro barrio vulnerable de Sevilla]. Mucho depende del Estado».

García plantea también que la ley debe permitir la flexibilidad en los planes: «Hay que conocer a las personas, hacer un plan que trabaje con las personas, sabiendo la realidad que tienen. En un despacho, es muy bonito el proyecto, pero cuando se lo presentan a Juan, no tiene nada que ver con la necesidad de Juan. Los proyectos [no] se [pueden] plantear desde un laboratorio y que se diga, Juan, esto es lo que hay que hacer con él».

Explica Sierra: «La ley va a ser la misma para todos, pero el plan cambiará según el barrio. Un plan integral por barrio: eso permite ese concepto de flexibilidad y adaptabilidad que decía Rosario García. La ley va a ser general, lo que da es un fondo y un marco normativo para cada territorio. Lo que va a hacer un barrio de Almería, de Bilbao o de Sevilla no va a ser lo mismo: va a ser distinto. Entonces, se hará el plan integral de acuerdo a la casuística«.

«Aquí se hace hincapié en rehabilitación de vivienda y seguridad y a lo mejor en otro barrio interesa más la educación y el empleo. El plan integral se construye desde el territorio. Al ser por concurso, se permite esto, construyes el proyecto y lo haces con los actores«, agrega el parlamentario de Sumar.

«En cada caso, hay que ver», afirma Sierra. «Esto es lo difícil: crear una comisión en la que colaboren las distintas administraciones. Esa es la idea. El plan, en cada caso, tiene que abordar todos los elementos. En el caso del Polígono Sur hay competencias de Interior muy claras», reconoce.

García añade: «Desde la plataforma no queremos que ningún barrio se quede fuera. Que en tal barriada, el Ayuntamiento tendrá que ver junto con la [administración autonómica] y el Estado y los vecinos cómo arreglan las cuestiones. Así lo veo yo. Lo que queremos es que todos los barrios a nivel del Estado salgan de esta situación. Las personas tenemos que vivir dignamente. Y punto«.

Sobre las razones por las que en Sevilla el plan integral que se elaboró para el Polígono Sur no ha terminado de cuajar por completo, García asegura: «No se ha cumplido. Estuvimos dos años para elaborarlo, comisiones de barrio, dos años escribiendo las necesidades, se aprueba el plan integral, se nombra al comisionado, pero luego no se trabaja integralmente«.

«Se han hecho cosas, claro», agrega. Pero pone este ejemplo: «Hay entidades que han hecho proyectos, que han trabajado con la abuela y luego con la hija y ahora con los nietos. Si yo trabajo con la abuela es para que sea capaz de sacar adelante a la familia y no para que su hija entre en el programa después. Si se repite eso, es porque no ha dado el resultado«.

Maíllo, la virtud republicana

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El filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría hablaba del ethos barroco para explicar que la modernidad no es un camino único ni en línea recta. Al contrario, frente a los modelos dominantes propios del Norte global, desde el Sur siempre han florecido modelos alternativos de modernidad marcados por la política de la resistencia, la hibridación cultural y el diálogo, fruto de la adaptación creativa de los sectores subalternos.

Que Antonio Maillo es andaluz hasta la médula es bien sabido, menos quizás que profesa ese ethos barroco, y no es un dato menor. En estos tiempos de confusión y zozobra, de restauración de la corona de Aragón, incluso entre la propia izquierda, la noticia de su candidatura a liderar IU es recibida por todos como agua de mayo. Si no queremos seguir los pasos de Italia, hace falta pensar España desde la cuestión meridional, desde el Sur y desde abajo. Y Antonio es plenamente consciente de esta tesis, conoce bien el momento histórico y los retos que tiene la izquierda en el actual horizonte de transformaciones que vive la política y, sobre todo, tiene la entereza, solidez y compromiso necesarios para construir un proyecto consistente de unidad desde el pluralismo y el conocimiento del mapa complejo de la geopolítica contemporánea que hay que enfrentar.

Doy fe de ello, desde los primeros pasos de IU, cuando tuve la suerte de conocerlo y trabar amistad en un encuentro de jóvenes del movimiento estudiantil, él proveniente del CADUS sevillano, yo de la Complutense, ambos imaginando las potencialidades del movimiento político-social y otras formas de hacer política, como la de aquella IU inspirada por Anguita que alentó en su momento una nueva estructura de sentimiento o sentimentalidad.

De aquel encuentro a esta parte, han pasado más de 35 años, y Maíllo ha demostrado en su impecable trayectoria que, como en su momento uno intuyera, tiene madera de líder. Atesora conocimiento y pulcras maneras, pa/ciencia y sabiduría, la de Séneca y el legado de Córdoba, cultivando, cual artesano, la palabra con templanza y justa medida, una virtud nada habitual en la política, menos aún en los tiempos que corren.

Hoy que la política es una producción en serie de más de lo mismo, una suerte de espiral del disimulo, su liderazgo es garantía fehaciente de progreso, porque siempre hace posible, en lo real y concreto, la interlocución cordial, porque hace lo que dice, dice lo que hace, y vive como habla. Por ello mismo es un dirigente muy querido entre la militancia y las clases populares, un referente de la izquierda para el proyecto de construcción de un nuevo sentido común desde el Sur y desde abajo.

Históricamente, desde Andalucía han sido muchas las experiencias políticas que han sido iniciativas de vanguardia para el movimiento de emancipación, desde la Gloriosa, y la I y II República, a la transición y lucha del pueblo andaluz, o más recientemente cuando desde Córdoba precisamente se pensó el proyecto de Convocatoria por Andalucía. Hablamos de una memoria y un legado y cultura política de la que Maíllo ha sido heredero y protagonista fundamental.

Revisando estos días en mis archivos personales ante el cuestionamiento de un conocido periodista sobre el futuro de la izquierda en España, recordaba el libro “Un año inolvidable” de Achille Ochetto, escrito tras la caída del muro de Berlín. En él, el histórico dirigente del PCI apuntaba tres ideas claves, hoy de plena actualidad: hay que repensar la izquierda y renovar la teoría y práctica de la política emancipadora más allá de cierta cultura naif que se ha impuesto entre las fuerzas de progreso, es preciso afrontar la batalla cultural y romper con el dominio de la política como mero simulacro o juego de espejos mediáticos.

Y ello solo es posible con diálogo. Con escucha activa, pero de verdad, profunda, en el sentido freireano. Si la algarabía y ruido infoxicador colonizan todos los espacios públicos, hacen falta líderes que practiquen la atenta escucha dedicados, como Maillo, a la gente común, empezando por afiliados y simpatizantes. Líderes que construyan al cabo de la calle, a ras de suelo, desde abajo, la organización, los frentes culturales. Sin este empeño, no hay gobierno de coalición ni futuro posible.

Sorprende que, en estos tiempos tan difíciles de avance del autoritarismo y la reacción, haya quien no entienda este principio o que incluso no contemple la construcción de alternativas democráticas orgánicas construyendo organización como prioridad, bien por calculadas estrategias de centralización o incluso por tratar de compatibilizar ser ministro y portavoz, cuando más es evidente que urge avanzar en la guerra de posiciones con mayor unidad y poder popular. Como repitiera en campaña, literalmente, hasta la extenuación: hay que sumar, coser y cantar.

Maíllo sabe bien de qué se trata. Tiene la idea, el don de la palabra justa y precisa, la virtud republicana de la ejemplaridad, y es un avanzado estudioso de la filosofía de la praxis porque lo que promete lo cumple.

Este pasado mes se celebró el 50 aniversario de la revolución de los capitanes. En España, no logramos, desafortunadamente, nuestra revolución de los claveles, pero quizás, por qué no, ha llegado la hora de sentar las bases de una revolución de los profesores, la hora de la primavera de las amapolas que refresque el ambiente, despeje las nubosidades variables y nos empape de la fragancia verde esperanza con el que avanzar en el movimiento de la historia.

Si Blas Infante abogó por gobernantes que sean maestros, Estado que sea escuela, política que sea arte de educación, con Antonio Maíllo tenemos la certeza de que, en la era del fango y la ponzoña, su liderazgo al frente de la principal fuerza de la izquierda con implantación nacional arrojará luz y claridad, una hoja de ruta con la que caminar y avanzar, ilusionados, conscientes, firmes en la disputa de la hegemonía por las libertades y la democracia que tanto necesita este país.

Es hora, en fin, de transitar por las grandes alamedas de la libertad, practicar la pedagogía democrática y recomponer el diálogo, fortaleciendo la izquierda con la firmeza y convicción de quien sabe de dónde viene y tiene la sapiencia de escuchar y preguntar a la hora de construir un proyecto de izquierdas para la mayoría. Esa es su principal virtud. Y no es poca cosa, porque justo, en estos momentos históricos, es lo que precisamos para caminar juntos, para religarnos, para actuar en común. Para cambiar la vida, y cambiar la historia.

Sumar prepara una ley de atención interministerial a barrios vulnerables

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El grupo parlamentario de Sumar está preparando una proposición de ley de atención integral a barrios vulnerables, que exigiría, de ser aprobada, una cooperación entre distintos ministerios para abordar la problemática desde sus diferentes variantes y perspectivas.

Fuentes de Sumar explicaron a Servimedia que el eje de la pobreza ha sido uno de los que la reunión del grupo parlamentario esta semana debatió incluir como prioritarios de su actividad legislativa, en su intento declarado de lanzar propuestas para no dejarse envolver en el cruce constante de acusaciones entre el PP y el PSOE.

En este tema concreto, quienes están llevando la iniciativa son los diputados andaluces de Sumar, dado que 10 de los 15 barrios catalogados como vulnerables en España pertenecen a dicha comunidad autónoma. Uno de ellos, el electo por Sevilla, Francisco Sierra, explicó a esta agencia que, durante la campaña de las elecciones generales, se comprometió ante sus convecinos a que su primera iniciativa parlamentaria sería ésta.

En noviembre ya se presentó y la Mesa del Congreso calificó una proposición no de ley, que el grupo parlamentario hará debatir cuando disponga de cupo para ello. Pero Sumar ya está diseñando una iniciativa con valor legislativo y sus diputados andaluces iniciaron en enero y febrero en Sevilla y Córdoba sus visitas a estos barrios para recabar sus demandas. Granada y Almería serán sus próximos destinos.

«CONSTITUCIONALISMO COLABORATIVO»

Sierra justificó que se trata de aplicar lo que dio en llamar “constitucionalismo colaborativo”, elaborando las normas “de abajo arriba” y subrayó que confía en haber terminado las visitas a barrios en junio, registrar la proposición de ley antes del verano y tenerla elevada al Pleno del Congreso para su debate y votación antes de fin de año.

Se trataría de que en un solo texto se incluyan medidas de educación, sanidad, rehabilitación de viviendas, garantía del suministro energético, infraestructura urbana, empleo, ayuda sociales y seguridad, para acometer la problemática de los barrios pobres como una “política de Estado” con la cooperación de varios ministerios, en lugar de abordar cada parcela sectorialmente y por separado.

El diputado por Sevilla puntualizó que “se habla mucho de la España vaciada pero poco de los barrios” y así quiso abanderar un “barrionalismo”, como paráfrasis de nacionalismo y enfoque novedoso e integral de esta problemática. Admitió, eso sí, que luego habrá que dar a este objetivo un encaje jurídico, respetando las competencias de las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

Para Sierra, Sumar debe distinguirse de otros grupos parlamentarios por iniciativas como ésta, que abordaría uno de los objetivos incluidos en la Agenda 2030, cuya implementación recae en las competencias del Ministerio de Derechos Sociales y Consumo, uno de los cinco que correspondieron a la formación de Yolanda Díaz en el reparto de áreas de gobierno y que lidera Pablo Bustinduy.

Sumar espera un «respaldo amplio electoral» en Andalucía el 23J para su candidatura con «clara identidad andalucista»

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Sumar se ha presentado este martes en Sevilla como una «candidatura plural, feminista, ecologista, con clara identidad andalucista», que confía en lograr un «respaldo electoral amplio» tanto en dicha provincia como en el conjunto de Andalucía en los comicios generales del próximo 23 de julio.

Leer más: https://www.europapress.es/andalucia/noticia-sumar-espera-respaldo-amplio-electoral-andalucia-23j-candidatura-clara-identidad-andalucista-20230627121830.html

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Más de 200 personas apoyan un manifiesto para “impulsar la unidad de la izquierda” en Andalucía

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La autonomía alcanzada el 28 de febrero de 1980 en Andalucía fue un “triunfo” del pueblo andaluz. Así lo defiende y recuerda un grupo de andaluces “comprometidos con el cambio progresista” que se han unido en el marco de esta efemérides para tratar de “reactivar la fuerza” que manifestó la ciudadanía hace 43 años. Todo desde la convicción de que la región necesita de un movimiento social fuerte capaz de hacer prosperar los gobiernos de izquierda que, a su juicio, son los únicos que pueden afrontar los retos que demanda Andalucía en un año eminentemente electoral.

La iniciativa “Manifiesto 28F: impulsando la unidad de la izquierda andaluza” se ha presentado este lunes en Sevilla, en vísperas del día de Andalucía y como paso previo a que se celebre en Málaga un encuentro previsto para el 4 de marzo. Allí se darán cita las 200 personas que, hasta la fecha, se han adherido a este movimiento ciudadano que nace con la vocación de “construir juntas un nuevo proyecto de país”, que sirva de alternativa a las políticas “caducas” de la derecha, con Andalucía “en el centro” y “la justicia social como eje vertebrador”, según expresan los organizadores del encuentro.

Entre los firmantes, se encuentran Aurora León (abogada laboralista), María Márquez (profesora universitaria), Francisco Sierra (profesor universitario) y Rafael Rodríguez (fundador de Paralelo36Andalucía), quienes se han encargado de dar a conocer públicamente la iniciativa desde la capital andaluza. Junto a ellos, otros docentes destacados en la región como Carlos Arenas, así como dirigentes y activistas políticos como Sebastián Martín Recio, Sergio Pascual, José Antonio Jiménez, Toni Valero, Ernesto Alba, José Antonio Pino, Mar González o Blas Rueda entienden que “la unidad de la izquierda” ha de asumir, a tres meses de las elecciones municipales, “el compromiso de movilizar a una mayoría social para conformar gobiernos municipales de progreso”. En este sentido, apuestan por “consolidar el proyecto Sumar” que presentó hace unos meses Yolanda Díaz, por considerarlo “la mejor herramienta” de la que dispone la izquierda para promover “la transformación” que, a sus ojos, necesita Andalucía.

Cumplir con una “necesidad histórica”

“Frente al fracasado proyecto de la derecha, en este 28 de febrero manifestamos la necesidad de un nuevo tiempo para Andalucía. Un tiempo de alternativas en el que nuestro pueblo lidere el cambio de época que se vislumbra, construyendo otro modelo de desarrollo económico, social y ecológico, basado en las potencialidades y riqueza material e inmaterial de nuestra tierra”, reza el manifiesto. De ahí que Aurora León defienda como una “necesidad histórica” el objetivo de promover “una confluencia en el espacio de la izquierda para conseguir alcanzar gobiernos progresistas” que velen por garantizar unos servicios públicos de calidad y lancen políticas basadas en “la justicia social y climática o el desarrollo de nuestro autogobierno” para revertir las carencias estructurales que atraviesan todavía a la comunidad.

Como contrapunto a este proyecto “regeneracionista”, los firmantes critican la “involución que el gobierno del PP en la Junta de Andalucía está provocando en la sociedad andaluza, con un programa caduco de neoliberalismo centrado en la privatización de los servicios públicos a los que, día a día, deteriora, mientras baja los impuestos a los grandes patrimonios”. A tenor de lo expuesto en el manifiesto, el profesor Francisco Sierra ha calificado al Ejecutivo de Moreno Bonilla de “ultramoderado” y ha dedicado su intervención a argumentarlo con “datos y pruebas”, que evidencian, a su parecer, el “patriotismo de bandera”, falta de transparencia y “deterioro” intencionado de “lo común” que representa su Gobierno, al que acusa de hacer un “incumplimiento sistemático del Estatuto de Autonomía”.

Al hilo, Rafael Rodríguez ha manifestado que quienes conforman el movimiento por la unidad de la izquierda andaluza están “convencidos de que Andalucía no ha puesto aún en todo su valor la autonomía conquistada hace 43 años”. Por ello, apuestan por la “esperanza” que arrojan las confluencias desde los niveles más bajos de la política y se amparan en Sumar como “fuerza estratégica” capaz de liderar el cambio que quieren para Andalucía. “Los andaluces no nos queremos quedar atrás nunca más”, ha afirmado María Márquez, apuntando que “estamos a tiempo” de que la izquierda recorra unida y reforzada el camino hacia las elecciones municipales. Y, desde ahí, a las generales que se prevén para final de año.

En definitiva, el encuentro convocado en Málaga el próximo sábado se concibe como punto de partida de un movimiento que aspira a incorporar “a todas las personas progresistas comprometidas con Andalucía para reactivar la vida política” en la región, desde la “participación ciudadana” como “motor del cambio”.

Candela

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Dicen, es un decir, que los nombres nos constituyen. Sabemos que el lenguaje es performativo, y que las palabras indican y conforman la realidad. Nos definen y prescriben el ser y sentir, la forma en fin de producción de la subjetividad. Sabemos, por otra parte, que, en el acto de nombrar, poseemos, y marcamos una distancia que puede ser política del encuentro. No hay cooperación posible sin ello. Ni futuro sin alumbrar ni abrirse paso con el logos. Eso nos legó la modernidad, el siglo de las luces y las sombras de la cueva de Platón, que de todo hay en el proceso de representación.

Hoy que se delibera tan intensamente sobre la ley trans nunca como de un tiempo a esta parte somos conscientes de la centralidad de las políticas del lenguaje y el lenguaje de la política, de la importancia que tienen las formas y el fondo del arte de lo posible que, en el tema que nos trae hoy a colación esta columna de Notas Rojas, pasa por arrimar la candela, por alumbrar la vida.

Hablamos de un proyecto incipiente de cooperativa para una energía libre de oligopolios y sostenible que evoca la flor del castaño, la sabiduría de las encinas, el claro iluminador del fiel de la balanza de la justicia que ha de inclinarse para NOSOTROS, la lumbre e intensidad luminosa que nos envuelve con la cálida luz de la morada que es hogar y, en suma, es básicamente vida. Conozco personalmente a algunas de las mujeres que lideran el Consejo Rector de esta iniciativa y puedo garantizar que la cosa está que echa chispas. Se ha prendido el movimiento, la onda lumínica que nos despeja el camino, porque, entre otras cosas, como dirían en Cuba, pese a estar la cosa complicada con el oligopolio de las eléctricas, quienes encabezan esta iniciativa se distinguen, entre otros méritos, por ser ingeniosas y fuertes, críticas y mordaces, astutas como la razón y la historia, poderosas partisanas de un proyecto que auguro será legendario. Y es que cuando la patria nos abandona, emerge la matria, se imponen nuevas matrices productivas, modelos sostenibles para las ecologías de vida que piensan y hacen desde lo concreto, que nos emplazan a cooperar y construir en común, a vivir ligados, como el buen vino, siempre vinculados, siempre en común.

Por ello este proyecto tiene nombre propio de mujer y ha sido liderado por mujeres fuertes, decididas, comprometidas con el proyecto colectivo de un universo candelario: un mundo donde quepan muchos mundos posibles, inclusivo, jovial, ecológicamente sostenible, basado en la religancia, en el clinamen, en la insobornable voluntad de cambiar nuestra realidad inhabitable que requiere de un accionar y organización distinta del oikos. Y por eso hace unos días nos interpelaron. Desde el 2 de febrero, día de la Candelaria, han lanzado su campaña y un llamamiento para sumar socios dispuestos a cambiar nuestra Andalucía, que se hace a golpe de BOJA en el gobierno o construyendo alternativas de futuro. Pueden imaginar que este proyecto nace desde el sur y desde abajo, porque solo así habrá energía para todos y de todos. En fin, valga estas líneas para llamar la atención. Algo se mueve en Al-Ándalus y no conviene dejar pasar la ocasión. Es tiempo de avivar las candelas. Por eso lean e infórmense. Es el primer paso.

Yo ya lo hice. ¿ Y tú ?