Podría ser otro 11 de septiembre cualquiera. Estamos en un país en Estado de Sitio. Un guerrillero tupamaro interroga a Philip M. Santore, representante de la Agencia de Desarrollo Internacional de EE.UU., secuestrado por la guerrilla: “¿Por qué esa predilección por las explosiones?”. “Son las armas de los terroristas, hay que aprender a conocerlas”, responde. “Ustedes –impreca el guerrillero– no enseñan a defenderse de las bombas, sino a utilizarlas. Son ustedes los que necesitan a los terroristas. ¿Por qué?”…